De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluso los hábitos que consideramos más “indefensos” pueden estar haciendo mucho, mucho, pero mucho daño a nuestro órgano motor: el cerebro.
Estas son algunas:
No desayunar. Para nadie es un secreto que la primera comida del día es la más importante, por lo que, si no desayunas, tu cerebro comienza a enviar señales de emergencia para tener “combustible” y funcionar correctamente.
Exponerse a ambientes contaminados. Según investigaciones, las sustancias tóxicas podrían interferir con el intercambio de gases, transporte y procesamiento de oxígeno hacia las células, lo que reduce la eficiencia cerebral.
Alto consumo de azúcares. Una dieta poco balanceada puede ser el peor enemigo de nuestra salud cerebral, ya que es el punto de partida de enfermedades y problemas de salud.
No realizar actividad física. De acuerdo con un análisis publicado en el Neurobiology of Aging, hacer ejercicio al menos tres días a la semana es indispensable para mantener el cerebro estructurado y acelerar su funcionamiento.
Estrés. Los expertos alertan de que el estrés reduce la capacidad mental y también aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
No dormir lo suficiente. Cuando te dicen que debes dormir 8 horas al día no es un juego: tu órgano motor lo necesita para que los procesos metabólicos se lleven a cabo correctamente y pueda producir una renovación celular exitosa.
Fumar. Estudios han confirmado que el cigarrillo tiene efectos terribles en la materia cerebral y el suministro de oxígeno al cerebro.
Comer en exceso. ¿La razón? Sencilla: saturar el organismo con alimentos que tu organismo no necesita provoca una acumulación de sustancias residuales en forma de grasas y el endurecimiento de las arterias cerebrales. @mundiario