Acusan a Apple de haber robado tecnología de otras empresas para utilizarla en el Apple Watch

Cuando Apple se interesó en la tecnología de Masino, una empresa con más de 30 años de experiencia en el desarrollo de sistemas de monitorización de oxígeno en sangre y otros parámetros de salud, su CEO y fundador, Joe Kiani, todo parecía positivo. Poco tiempo después, descubrió lo equivocado que estaba, Ahora, Kiani reconoce a The Wall Street Journal que, una vez Apple se interesa en tu tecnología, es un gesto equivalente a un "beso de la muerte". Y tiene razones para creerlo: su empresa ya ha invertido más de 55 millones de dólares en demandas contra la compañía de la manzana mordida, la cual, según afirma, ha aprovechado su posición para copiar sus ideas y robar su tecnología. Y Masino no es la única empresa afectada.

"El sistema de patentes beneficia a las empresas más grande"

Fue en 2013, después de que Masino anunciase un dispositivo de medición de oxígeno en sangre compatible con dispositivos Apple, cuando Apple se interesó por el proyecto y aseguró a través de un representante querer profundizar en la tecnología con el objetivo de acabar integrando algo similar en un futuro producto. Un sistema que, finalmente, se acabaría materializando en el Apple Watch.

No obstante, con lo que Kiani se encontró unos meses después fue con el adiós de uno de los principales responsables de Masimo, el encargado del área de medicina, que le informó sobre su decisión de unirse a las filas de Apple, después de que esta le ofreciera doblarle el sueldo y otorogarle acciones de la empresa valoradas en millones de dólares.

Pero Apple decidió mantener el contacto con Kiani, instándole a "no preocuparse" por la contratación de su antiguo Chief Medical Officer. Más tarde, hasta 30 empleados de Masimo pasaron a trabajar para Apple, y a día de hoy siguen haciendo ofertas a algunos de los empleados que todavía forman parte de la plantilla de Masimo.

Poco después, el Apple Watch capaz de medir el nivel de oxígeno en sangre llegó al mercado, integrando una tecnología que Apple había patentado bajo el nombre de uno de los antiguos empleados de Masimo.

Ante esta situacióon, Masimo decidió demandar a Apple en 2020, alegando que los de Cupertino habían obtenido acceso a información confidencial relacionada con su tecnología, y un año después se presentó una denuncia por infracción de patentes ante la Comisión de Comercio Internacional. La investigación posterior determinó que los modelos iniciales del Apple Watch habían infringido una de las patentes de Masimo.

alivecor kardiaband

Pero Masimo no es la única empresa afectada por las prácticas de Apple. En el año 2016, AliveCor presentó una correa para el Apple Watch cuya principal peculiaridad era la posibilidad de realizar electrocardiogramas.

Apple se interesó por el proyecto, y el fundador de AliveCor fue invitado a las oficinas de Apple, donde pudo conversar con varios responsables de la compañía. Tras poder probar un prototipo de su producto, el líder de las iniciativas relacionadas con el campo de la salud de Apple reconoció que "les gustaría encontrar la manera de trabajar con él, pero puede que acabasen compitiendo con su empresa".

Lo que sucedió poco tiempo después no debería sorprender a nadie. En 2018, Apple lanzó el Apple Watch Series 4 con función de electrocardiograma integrada, sin necesidad de usar la correa de AliveCor (que se había puesto a la venta un año antes). Además, Apple realizó cambios en el sistema operativo del reloj, de modo que la correa de AliveCor dejara de ser compatible, obligando a la compañía a retirar su producto del mercado.

No fue hasta 2021 cuando AliveCor decidió presentar una denuncia por violación de patentes contra Apple, que la comisión internacional de comercio acabó avalando al señalar que Apple había violado tres de sus patentes y bloqueando así las importaciones a Estados Unidos de los Apple Watch con función de detección cardíaca.

Pero Apple, con mucha más experiencia en este campo, decidió llevar la demanda ante el Tribunal de Apelación de Patentes, que invalidó las patentes de AliveCor y, por tanto, acabó con el bloqueo de importación.

En ese sentido, el antiguo director de la oficina de patentes y marcas de Estados Unidos asegura que el sistema de patentes beneficia a las empresas grandes y bien establecidas, aunque desde la comisión afirman estar comprometidos a ofrecer un sistema neutro.

Desde el año 2012, Apple ha intentado invalidar más reivindicaciones de patentes que cualquier otro peticionario, generando así casos cuya defensa puede conllevar gastos de medio millón de dólares de cara a las empresas afectadas. Un coste que no todas las compañías, especialmente las más pequeñas, pueden hacer frente. En el caso de Masimo, los costes van camino de superar los 100 millones de dólares.

 

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