Afectados tratan de recuperarse de los estragos del fenómeno

Afectados tratan de recuperarse de los estragos del fenomeno
El sector Los Ríos fue uno de los más afectados de la capital.

El desastre tras la tormenta tropical Laura ha llegado en medio de la pandemia COVID-19, ya que muchas familias perdieron sus viviendas y ajuares por las inundaciones.

La provincia Santo Domingo ha sido una de las demarcaciones más afectadas. elCaribe ha sido testigo de los estragos y de la angustia de sus habitantes que, un día después de la tormenta, se encuentran tratando de recuperar algunos de los pocos ajuares que tenían.

El drama vivido por los residentes en el callejón Puerto Rico, en el sector Los Ríos, Distrito Nacional, es narrado por Viviana Margarita Placencio, a quien su casa se le inundó hasta la altura de las ventanas, solo salvando lo más preciado: su vida, la de su hija y un nieto, quienes se refugiaron inicialmente en casa más segura de un vecino y ya pasada la tormenta con otros familiares.

Según Placencia, quien por 16 años ha residido en este sector, dijo que con el derrumbe de una edificación de tres viviendas al lado de su casa, producto por el deslizamiento de tierra, la cañada se tapó, provocando una gran presión a la pared trasera de su vivienda que colinda con dicha cañada. “A mí tuvieron que sacarme cargada para no ahogarme”, expresó la señora Mercedes Amador, quien dice que en otras temporadas ciclónicas la cañada se había desbordado, pero que en 30 años que tiene residiendo en el sector la crecida nunca había hecho tanto daño.

Mientras que otra vecina esperaba el turno para mostrarle a elCaribe cómo el desborde de la cañada, que también colinda su vivienda, le derrumbó la pared. “Cuando vine a darme cuenta no tenía más opción que salir corriendo con mi familia”, contó Rosalinda Nova.

Ajuares del hogar por doquier

De igual modo, la tormenta Laura fue de inminente peligro para muchas familias que viven en las comunidades más vulnerables del distrito municipal Palmarejo, Villa Linda.

En cuestión de minutos, la fuerza del desbordamiento de otra cañada arrasó los bienes de muchas personas, algunas de ellas luchando por no contagiarse de COVID-19 o luchando contra la enfermedad.

Cuando se llega a la comunidad Palmajelito de Villa Linda el desastre es palpable a simple vista: camas, electrodomésticos, artículos personales y vehículos llenos de lodo, revueltos entre la basura que trajo consigo la crecida de la cañada contaminada por aguas negras y desechos sólidos. En otras comunidades de este distrito municipal los deslizamientos de tierra causaron derrumbe de viviendas.

Señala temor por falta de límites

Ayer, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo enumeró las consecuencias de que en la actualidad ninguno de los ayuntamientos del país establezca mediante ordenanza el límite urbano de su municipio.

El Ministerio dijo por escrito que la ausencia en el control del suelo a nivel municipal incide en los daños que ocurren cada vez que un fenómeno hidrometeorológico afecta la República Dominicana; además, evidencian que el país tiene como tarea pendiente la aprobación definitiva en el Congreso Nacional de la ley de orgánica de ordenamiento territorial, uso de suelo y asentamiento humano.

Agregó que la iniciativa tiene por objeto establecer el marco regulatorio para la elaboración y ejecución de los planes de ordenamiento territorial y el uso del suelo en los distintos niveles político-administrativos, atendiendo a lineamientos de interés ambiental, cultural, económico y social.

Casos de coronavirus podrían aumentar

En la mayoría de albergues espontáneos y los autorizados por las autoridades, el distanciamiento físico y el cumplimiento de las medidas de prevención para evitar contagios se hace imposible. El aislamiento social en estos sectores se ha hecho imposible, pues muchos hasta sin mascarillas se encuentran recogiendo los pocos ajuares que le quedaron. Con estas condiciones resulta fácil la propagación del COVID-19 y otras enfermedades.

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