Al menos dos personas perdieron la vida este jueves cuando las fuerzas de seguridad iraquíes dispersaron a los manifestantes en una céntrica zona de la renta, Bagdad, empleando pelotas de tirachinas y fuego auténtico, en el situación de la ola de protestas que ha causado un centenar de muertos en las últimas dos semanas.
Una fuente de seguridad iraquí que pidió el anonimato dijo a Efe que al menos dos personas murieron, y más de 15 resultaron heridas y sufrieron asfixia por la inhalación de gases lacrimógenos durante los choques con los agentes.
Las fuerzas de seguridad -añadió la fuente- dispararon a los manifestantes con “balas reales y pelotas de tirachinas”, adicionalmente de consumir gases lacrimógenos y mangueras de agua para que no avanzaran por el puente de Al Shuhadá y la calle Al Rashid, donde se encuentra la sede del Parcialidad Central de Irak.
El puente es uno de los varios que atraviesa el río Tigris y que da acercamiento a la fortificada zona verde, donde se encuentran los Ministerios y las Embajadas extranjeras, adicionalmente del Parlamento y otras instituciones.
La fuente señaló que las fuerzas de seguridad iraquíes están recibiendo refuerzos en los alrededores de la plaza Tahrir, epicentro de las protestas en la renta, donde grupos de manifestantes permanecen acampados desde el 25 de octubre.
Ese día estalló la coetáneo ola de protestas, la segunda que sacude Irak desde principios del mes pasado, y en las manifestaciones han muerto más de 250 personas y miles han resultado heridas.
Tanto la pública e independiente Comisión de Derechos Humanos iraquí como la delegación de la ONU en este país han asegurado que las fuerzas de seguridad están haciendo un uso excesivo de la fuerza y disparando a los manifestantes, decenas de los cuales han muerto por herida de bala.
En el origen de las protestas se encuentran el damnificación de las condiciones de vida y de la heredad del país, la yerro de oportunidades de trabajo y de servicios públicos eficientes, todos ellos problemas que los ciudadanos achacan a primaveras de mala papeleo y a la corrupción de los dirigentes.