Día de la Tierra: por qué se celebra y dónde empezó

Se cumplen 50 años desde que se celebra el día de la Tierra. El 22 de abril de 1970, millones de estadounidenses salieron a la calle dando voz a una conciencia medioambiental emergente. El planeta estaba sufriendo y había que aumentar las medidas para protegerlo. ¡Y se tomaron cartas en el asunto! Desde entonces hemos visto la creación de multitud de organismos para la defensa del medio ambiente o acuerdos entre distintos países que han tenido mayor o menor éxito.

Han pasado cincuenta años y nos encontramos ante esta fecha tan señalada inmersos en una situación sin precedentes. En las últimas semanas nos hemos quedado en casa y eso ha traído como resultado que diversos animales hayan paseado por doquier, que hayamos notado una mejora en la calidad del aire en las ciudades y hayamos sido testigos de la mayor reducción de emisiones de CO2 hasta la fecha.

Pero, ¿es eso suficiente para frenar el cambio climático? ¿Está ayudando esta crisis a volver a los niveles de hace 50 años? ¿Cómo estábamos en estos aspectos el primer día de la Tierra y cómo estamos ahora? Lo analizamos con la meteoróloga Isabel Moreno.

Aumento nivel de CO2

¿Cómo ha cambiado la concentración del CO2 desde hace 50 años? Ya en aquella época se estaban registrando los valores más altos que el ser humano había registrado jamás. Las concentraciones medias de CO2 en 1970 fueron algo superiores a las 325 partes por millón, llegando como máximo a las 328 en abril.

Pero ese récord se ha ido batiendo año tras año… en 2019 la media fue de más de 411 partes por millón y este año va camino de superar ese valor. De hecho, ¡ya hemos batido el récord de CO2 jamás registrado desde que los humanos estamos en la Tierra! Fue el pasado 9 de abril, cuando las concentraciones medidas en el observatorio de Mauna Loa (Hawaii) se acercaron a las 418 partes por millón.

¿Se está notando el efecto de la crisis de la COVID-19? Nuestro parón de actividad ha provocado una reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera que, previsiblemente, se convertirá en la mayor caída anual de la historia. ¡Esto son buenas noticias! De todas formas, el clima apenas va a notar este descenso.

El tiempo que permanece el CO2 en la atmósfera es altísimo (siglos, casi milenios) y este parón apenas será apreciable. Toca seguir esforzándonos para cumplir el Acuerdo de París.

Aumento de las temperaturas
¿Cuánto ha subido la temperatura desde 1970? Vale… tenemos que reconocer que esta pregunta es un poco trampa porque cada año se comporta de forma diferente, ¡pero hay una tendencia muy clara! Para hacernos una idea, si cogemos un registro como el de la NOAA (la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) que abarca los últimos 140 años, el año 1970 ocupa el puesto 59.

Desde 1976 ningún año ha estado por debajo de la media del último siglo y los últimos 5 años son los más cálidos desde que hay registros. El año 2016 está encabezando el ranking y 2019 en segundo lugar. ¿Dónde estará 2020? Aún es pronto para evaluar qué puesto ocupará este 2020, pero de momento los pequeños datos que vamos conociendo siguen confirmando la tendencia en la que estamos inmersos: el pasado mes de marzo de 2020 fue el segundo marzo más cálido desde que hay registros.

Biodiversidad

A lo largo de estos años ha habido diversas medidas para evitar la pérdida de especies. ¡Algunas han tenido éxito! Hemos visto salir del peligro de extinción a especies como el lobo gris, el águila calva o la ballena jorobada, pero la realidad es que la biodiversidad en nuestro planeta se está enfrentando a riesgos cada vez mayores. Habrá animales que solo podremos ver en foto en unos años.

En 2018 WWF publicó su informe “Planeta Vivo” en el que se indicaba que las poblaciones de vertebrados habían disminuido en un 60% desde 1970. Un año más tarde, en 2019, conocíamos el Informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES) que no era mucho más alentador. En él se mostraba que está en peligro de extinción un millón de los ocho millones de especies que actualmente viven en el planeta.

Una tasa que ha ido acelerándose en los últimos 40 años y cuya responsabilidad está ligada directamente con nuestras acciones, como los cambios en el uso de suelo o el cambio climático. Y esto no es todo. Las alteraciones en la biodiversidad tienen consecuencias que pueden terminar afectando a nuestras actividades y nuestra salud. Según el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), cada 4 meses emerge en los humanos una nueva enfermedad infecciosa y el 75% de ellas provienen de animales. Para hacer más difícil su transmisión, es fundamental proteger la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas.

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