El Limpio, una sábana de agua blanca para el ecoturismo en Sabana de la Mar

El Limpio una sabana de agua blanca para el ecoturismo
El Limpio, señorial salto agua en Magua de Sabana de la Mar.
Este monumento de agua se asienta sobre el cauce del río Magua, donde nace el salto La Jalda, el más alto del Caribe, con más de 120 metros de altura

MAGUA, Hato Mayor.- La provincia de Hato Mayor fue la primera en adquirir la categoría de ecoturística, mediante la Ley 77-02, estatus que se lo ganó dado la exuberante vegetación y la abundancia de sus recursos naturales, como “El Limpio”, una cascada de más de 35 metros de caída libre, cubierta por una espesa sábana blanca de agua y una espaciosa charca, para el disfrute de turistas nacionales y extranjeros.

Localizada en la agrícola y ganadera comunidad de El Limpio, sección Magua, del distrito municipal Elupina Cordero, en Sabana de la Mar, provincia Hato Mayor, este monumento de agua se asienta sobre el cauce del río Magua, donde también nace el salto La Jalda, el más alto del Caribe, con más de 120 metros de altura.

El nombre le viene por la comunidad y sus cristalinas aguas y la espesa vegetación que le rodea con añosos árboles.
El Limpio, tiene la particularidad de que es accesible, pero que hay que andar más de 2 mil tareas de cacao y añosos árboles, que no permiten casi ver los rayos del sol durante el recorrido de más de tres kilómetros.

La vegetación es impar y forma parte de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Saltos La Jalda, cuya área protegida está en más de 92 % en terreno de la provincia de Hato Mayor y un ocho por ciento en área de El Seibo, provincias que coordinan su explotación ecoturística.
Antes de llegar al atractivo turístico, asaltan al visitantes ríos y arroyos adyacentes con pequeñas cascadas y charcas que se encuentran sobre el cauce del virtuoso río Magua, afluente que sirve para la irrigación de la zona arrocera en la comunidad del mismo nombre, en el llano costero, al norte del afluente.

Esta alucinante cascada es desconocida por la casi generalidad de los habitantes de Sabana de la Mar y las propias autoridades de los Ministerios de Turismo y Medio Ambiente, que desconocen existe este monumento de agua, que ya está atrayendo a turistas, gracias a los lugareños que lo publicitan por las redes sociales.

¿Cómo llegar?

Está ubicado a 153 kilómetros de Santo Domingo y a 82 de Bávaro-Punta Cana.

Luego de llegar a la cacaotalera comunidad de Magua, hay que recorrer un camino accesible en vehículo, unos 5 kilómetros, para iniciar la caminata por varios senderos, que te llevarán a la maravilla natural que se visualiza a unos 200 metros desde el bosque tropical que lo rodea.

El recorrido y el disfrute de la espaciosa charca duran unas cuatro horas a pie, atravesando siete veces el cauce del rio Magua, mientras que a caballo, que lo alquilan en la comunidad, la excursión se hace en tres horas, cruzando cinco veces el río y plantaciones de cacao.

Para llegar hay que topetarse con trillos fangosos, producidos por la humedad del bosque y el paso de los animales, que en tiempo de lluvia se atascan.

En la hermosa cascada de El Limpio se puede nadar y sus aguas son refrescantes. Siguen el curso de la ribera del río Magua, creando un espectáculo de pequeños balnearios de chorreras que a sus pasos se entrelazan hasta caer a la bahía de Samaná.

Visitarlo y estar en sus gélidas aguas, es ganarse un premio de la naturaleza, al que hay que aspirar ganarse… yendo a conocerlo. Aquí el ruido del agua lo salpica todo.

Recomendaciones

Cuando decidas ir a conocer este monumento de agua, rodeado de una exuberante vegetación, no lo hagas sin zapatos que agarren bien el piso, pantalones jean y camisa mangas largas, para que no recibas los ataques de mosquitos y los aruñazos de las enredaderas que produce el bosque. No dejes de llevar repelente. La humedad del bosque y lo accidentado del terreno a pocos metros de llegar, te pondrá a sudar.

Entorno

Está dentro del Parque Nacional Saltos de la Jalda. El artículo 6 del decreto 571-09 crea el Parque Nacional Saltos de la Jalda, “con la finalidad de conservar la mejor muestra del bosque pluvial de la vertiente norte de la cordillera Oriental o sierra de El Seíbo, que se desarrolla sobre suelos aluviales, donde tienen sus cabeceras y nacientes los ríos Magua y Las Lisas, así como los saltos que se forman en las laderas intermedias, los balnearios y los extraordinarios valores paisajísticos que se abren ante las cuencas visuales que se extienden hasta el océano Atlántico y la Bahía de Samaná.
Aquí se ubican además los saltos La Jalda, El Camarón y El Limpio, que fue declarado como tal por el citado decreto de 2009 en el municipio de Miches (provincia El Seibo). El área que ocupa, en más de un 92 %, se encuentra en territorio de Hato Mayor.

El Instituto Cartográfico Militar de la República Dominicana fue a tomar las coordenadas geográficas del salto, cosa que hubiera tomado cinco minutos nada más abriendo Google Earth, determinando que ciertamente el Parque Nacional Saltos de la Jalda, donde se asienta el salto El Limpio y otros, realmente está en área de Hato Mayor.

El senador de Hato Mayor, Cristóbal Castillo, gestiona la modificación del decreto del área protegida, para que indique que los principales atractivos del parque, como los saltos La Jalda y El Limpio, están establecidos por decreto en la provincia equivocada, lo que ha generado una disputa entre las provincias de Hato Mayor y El Seibo.

Flora y fauna

En este rincón mágico de la Republica Dominicana, que el visitante debe conocer cuando sea momento de viajar, la vegetación es tan importante y abundante como la fauna que le rodea.

En las aguas del monumento natural de agua, se pueden apreciar especies nativas como jaibas, camarones, guabinas, dajaos, anguilas y tilapias o carpias de agua dulce.

Mientras que en su entorno se puede escuchar el trinar de aves como colí, ruiseñor, pájaro bobo, perdiz, carpintero, rolas. En tanto que en la parte alta del bosque se aprecian las palomas turquesa y el cernícalo.

En este lugar, como en el Parque Nacional Los Haitises, se pueden escuchar los gritos de la cotorra y el cuervo.

La vegetación es copiosa y desde que se inicia la excursión a la catarata, se pueden apreciar los cacaotales, cabilma, caoba, ceiba, pino teta, guásuma, jobobán, capá javillas y otros que forman zonas casi impenetrables por los mortales.
Este accidente geográfico de la naturaleza, poco a poco ha despertado el interés de turistas y fotógrafos, que no salen de la boscosa zona haciendo fotografías y filmes, que luego cuelgan en portales digitales y redes sociales.

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