Muy emocionado y acompañado por sus padrinos de la Facultad de Filosofía y Letras, el cantautor, compositor y profesor de Historia Antigua, Gabriel Sopeña, y el decano Eliseo Serrano. Joan Manuel Serrat llegaba así a su acto de nombramiento al Paraninfo como doctor honoris causa en la Universidad de Zaragoza, con el “Veni, creator Spiritus”.
La complicidad entre el propio rector (en funciones), José Antonio Mayoral, y Serrat saltaba a la vista, sin embargo, minutos antes de iniciar y el acto. Y es que, cuando el cantautaor era preguntado sobre los motivos de su nombramiento, señalaba que “hay gente en esta vida que el cariño le puede más que la razón”.
Algo que volvía a demostrarse con el sonido que se colaba por los micrófonos cuando este recibía el birrete de la mano de Mayoral y pronunciaba un “gracias” todavía más emocionado.
Ya durante su discurso, Serrat ha tenido en todo momento muy presente a una persona: su madre, quien él mismo ha considerado como una “muy buena amiga”. Recordaba Serrat que ella decía que “era muy difícil ser amiga y amiga a un tiempo” pero “no es cierto, ella lo fue”.
A través de ella, siempre ha mantenido una fuerte relación con Aragón y con municipios como Belchite. De hecho, recordó el dolor de la guerra, recordando que fue entonces, durante la Guerra Civil, cuando emigró a Barcelona. “Decía mi madre que su patria estaba donde sus hijos comían y probablemente esto es lo mismo que deben pensar las miles de madres que a lo largo y ancho del planeta que caminan con sus hijos a cuestas huyendo del dolor y de la guerra”, ha relatado.
En este sentido, recordaba Joan Manuel, la herencia aragonesa ha tenido siempre un papel determinante en su vida; una herencia que “la recibo como algo imprescindible para entenderme a mí mismo, de dónde vengo y a dónde quiero ir”.
A través de un emotivo vídeo y con los joteros Beatriz Bernad y Nacho del Río, que han interpretado algunas de sus letras, la música también ha tenido un gran protagonismo en el acto. El himno universitario ‘Gaudeamus Igitur’ ha cerrado este acto solemne, no si antes dejar una anécdota más de la estrecha relación que une al rector en funciones y a Serrat, cuando José Antonio Mayoral lo ha nombrado el “Bob Dylan de las lenguas hispanas, que es como yo le considero”.