La economía de Venezuela se hundió un 32,8% en el segundo trimestre de 2020

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La economía de Venezuela, golpeada por años de crisis bajo la dictadura de Nicolás Maduro, continúa haciéndose más y más pequeña y en el segundo trimestre del año se hundió 32,8% con respecto al mismo período del 2019, de acuerdo con la medición que divulgó el viernes la Asamblea Nacional, controlada por la oposición.

La contracción del trimestre obedeció a la menor producción petrolera y a los efectos de la pandemia del COVID-19 en los sectores de comercio, banca y construcción, señaló el informe del Congreso.

A lo largo de casi dos décadas, el gobierno de Venezuela mantuvo un modelo de controles que afectó la actividad productiva. Una flexibilización de las regulaciones, que ocurrió a mediados del 2019 para dar un respiro a áreas como el comercio y la industria, llegó tarde, según legisladores y economistas.

En paralelo, el sector petrolero, que provee el grueso de los ingresos, ha estado afectado por los años de desinversión, mala gestión y más recientemen las sanciones de Estados Unidos que han impactado en la comercialización del crudo.

Con los resultados del segundo trimestre, “el tamaño de la economía se ha contraído 90% en siete años”, dijo a periodistas el diputado José Guerra, quien agregó que esa disminución “obedece a la política económica del gobierno”.

En medio del deterioro de la actividad económica, la inflación interanual a junio se ubicó en 4.099%, lo que evidencia que el país continúa en una hiperinflación que deteriora el ingreso de los venezolanos.

El colapso del aparato productivo más los elevados precios “inciden en la precariedad del empleo y la destrucción del poder de compra de los trabajadores”, agregó el legislador.

El Congreso calcula los resultados de la economía desde 2018 buscando suplir el rezago en la publicación de cifras por parte del Banco Central. El emisor no divulga datos sobre el desempeño de los sectores clave desde hace un año y medio.

En este contexto de crisis económica, la dictadura venezolana ha aumentado sus contactos comerciales con el régimen de Irán, también sancionado por Estados Unidos y afectado por problemas internos.

Un buque de bandera iraní partió la semana pasada desde Venezuela cargado de minerales esenciales para el programa de misiles de Teherán, tras haber desembarcado antes alimentos en el país sudamericano, según informó este jueves la agencia Reuters en base a tres fuentes vinculadas a la transacción.

El buque Golsan, con una capacidad de 22.882 toneladas, arribó a Venezuela en junio cargado de alimentos para abastecer a la cadena de supermercados iraní que abrió recientemente en el país, aquejado por una crisis socioeconómica y política sin precedentes y por la falta de todo tipo de productos.

Tras entregar la comida, el buque fue cargado con óxido de aluminio (conocido como alúmina) procedente de minas venezolanas. Este mineral que se extrae de la bauxita se suele utilizar como materia prima para fabricar aluminio, aunque puede servir como aislante térmico y eléctrico y el explosivo termita, entre otras aplicaciones.

Más específicamente, el aluminio resultante del procesamiento de la alúmina es un elemento muy buscado por Teherán como insumo para su programa de misiles balísticos (utilizado como polvo en el combustible), controlado por la Guardia Republicana, de acuerdo a un reporte de Reuters. Es por esta razón que el sector minero iraní, así como también las empresas metalúrgicas persas, han sido sancionadas por Estados Unidos por su conexión con los militares.

Fuente: INFOBAE

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