Las diez pautas para afrontar la Navidad con niños que tienen celiaquía o alergias alimentarias

Cada vez hay más casos de niños que son alérgicos a algún alimento, o en los que se detecta celiaquía. Las navidades representan una época en la que aumentan las reacciones alérgicas, en gran parte como consecuencia de la ingesta de alimentos nuevos que no forman parte de la dieta de los más peques durante el año.

Por ejemplo, es una época en la que se toman bastante frutos secos, frutas, crustáceos y marisco en general. Aquí no hay que olvidar que cualquier alimento puede dar alergia, pero los que más la generan, y por orden de frecuencia son: la leche de vaca, el huevo, el pescado, las legumbres, las frutas y los frutos secos, especialmente el cacahuete.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recuerda que una alergia a un alimento tiene lugar cuando el cuerpo reacciona contra proteínas no dañinas que se hallan en ese alimento. “Afortunadamente, este tipo de alergias por lo general se superan durante la niñez temprana. Se estima que entre un 80 % y un 90 % de las alergias al huevo, leche, trigo y soja desaparecen para cuando el niño tiene cinco años de edad. Algunas alergias son más persistentes”, advierte.

“En la gran mayoría de pacientes los efectos se producen en los 30 minutos posteriores a la ingesta. Los síntomas variarán entre el prurito oral y el shock anafiláctico, que es mortal si no se revierte”, advierte el doctor Sergio Negre, gastroenterólogo y especialista en alergias alimentarias del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Valencia.

Como existen muchos síntomas y enfermedades que pueden confundirse con alergias alimentarias, la AAP ve importante que los padres conozcan los síntomas que surgen en una alergia alimentaria: problemas en la piel, de respiración, síntomas estomacales y circulatorios como mareo, palidez, o pérdida de conocimiento. “Si varias partes del cuerpo están afectadas, la reacción puede ser severa o hasta poner en peligro la vida del niño. Este tipo de reacción alérgica se conoce como anafilaxis y requiere de atención médica inmediata”, alerta.

Por otro lado, el doctor Negre llama la atención sobre dos condiciones bastante frecuentes entre la población infantil: la malabsorción de lactosa, y la enfermedad celíaca, que también pueden verse afectadas por los menús de Navidad. “En ambos casos, el único tratamiento comprobado es la eliminación en la dieta del alimento que produce la enfermedad. Por otra parte, en caso de alergia alimentaria y reacciones graves, se recomienda tener a mano en el botiquín adrenalina autoinyectable, corticoides orales y un antihistamínico oral”, remarca el experto del Hospital Quirónsalud Valencia.

A su juicio, siempre hay que estar alerta en cuanto a la alimentación de los niños, pero especialmente durante la Navidad, donde es muy común comer fuera de casa, y donde el alérgeno puede estar camuflado en algún menú que no sea controlado por los padres o tutores del pequeño, que no tienen por qué encargarse de la preparación del menú.

“Puede pasar inadvertido en la comida el alimento desencadenante, ya que pueden estar próximos unos a otros y quedar restos por contacto. Se pueden manipular alimentos y, posteriormente, contactar otros sin haberse lavado las manos adecuadamente, emplear el mismo instrumental de cocina, etc”, alerta el doctor Negre.

Así con todo este gastroenterólogo y especialista en alergias alimentarias aconseja para que estos niños pasen unas Navidades más seguras:

1.- Una buena norma, en caso de tener en casa algún comensal celíaco o con malabsorción de lactosa, es adaptar todo el menú para que no existan divisiones y todos saboreen la misma comida.

2..- En el caso de la malabsorción de lactosa, el mayor problema se suele centrar en los aperitivos basados en quesos y salsas como la bechamel. Existen numerosas páginas de Internet y libros en los que encontrar recetas para entrantes que no contienen lácteos en su composición, como las tartaletas de huevos de codorniz con beicon, los canapés de bacalao con crema de aguacate, por ejemplo.

3.- Con los celíacos, el principal problema se encuentra en los aperitivos a base de tostas, canapés y pinchos. Aunque hay muchos productos certificados sin gluten en el momento actual, se puede optar igualmente por recetas que no lo contengan, como pinchos sobre cucharillas a base de pulpo, queso con calabaza, etc.

4.- Los primeros platos, en muchas casas, suelen ser sopas o cremas. En el caso de no tolerar la lactosa, se ha de procurar que no contengan nata, leche, o quesos. Buenos sustitutos son las sopas y cremas vegetales, como los puerros, o la calabaza. En el caso de los celíacos, se evitará añadir harinas para espesar o picatostes.

5.- Existen igualmente recetas aptas para celíacos en la elaboración de pasteles, con harinas especiales, o sin recurrir a ellas, con bases de fruta o mousses frutales (mango con arándanos, por ejemplo), que son opciones ligeras y frescas, muy apreciadas por los niños en general.

6.- En toda celebración que hagamos fuera de casa es necesario hablar sobre las comidas que no puede tomar el niño. Ofreceos a colaborar con el anfitrión para elaborar un menú seguro. En la mayor parte de los casos es posible crear una comida segura, simplemente ajustando pequeños detalles en la receta. Es esencial etiquetar todo y evitar un contacto cruzado entre los alimentos.

7.- Compartir las limitaciones en la comida entre todos los presentes ayudará a evitar accidentes. En caso de que esto no sea posible, elaborar los alimentos de forma separada, marcarlos adecuadamente, y servirlos en primer lugar.

8.- En caso de que no sea posible variar la comida realizada por el anfitrión, llevar una comida segura para el niño que pueda comer allí. Acordaos en ese caso también de los alimentos de picar, así como de los postres.

9.- Mantener los cubiertos separados, así como los utensilios de servir, y lavar adecuadamente las manos antes de comer y de manipular los alimentos.

10.- Dependiendo de la edad del niño, probablemente quiera sentarse en la mesa cerca de los demás. En caso de existir alimentos peligrosos para él, separarlos a una distancia adecuada para que no pueda alcanzarlos de forma accidental.

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