Los combates en el Karabaj continúan con acusaciones de injerencia turca

Los combates en el Karabaj continuan con acusaciones de injerencia

Bakú/Tiflis.- Los duros combates entre las fuerzas azerbaiyanas y armenias por el control del enclave separatista de Nagorno Karabaj continuaron hoy por segunda jornada consecutiva, pese a los llamamientos a un cese al fuego y entre acusaciones sobre la participación de Turquía en el conflicto.

«Los combates continúan con diversa intensidad (…)», dijo el portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia, Artsrun Hovannisyan, quien habló del uso de «gran cantidad de artillería» por parte de Azerbaiyán en sus ataques.

A última hora de la tarde, Azerbaiyán lanzó una ofensiva a gran escala contra el sur del enclave, en la frontera con Irán, y en el noreste, de acuerdo con la misma fuente.

Bakú, que el domingo lanzó una «contraofensiva» ante ataques que Armenia habría iniciado a primera hora del día, justificó hoy su operación «defensiva» con la necesidad de «proteger a la población» y «obligar a Armenia a la paz», según el asesor de la presidencia azerbaiyana, Jikmet Gadzhiev.

El enfrentamiento armado se ha cobrado ya decenas de víctimas en ambos bandos y también en el propio Nagorno Karabaj, cuyas fuerzas confirmaron la muerte de al menos 59 militares y de varios civiles en los ataques azerbaiyanos entre el domingo y este lunes.

La escalada de hostilidades, en el que se emplean drones, tanques, helicópteros y artillería, amenaza con superar en magnitud a la que hubo en la Guerra de los Cuatro Días (2016), que dejó centenares de muertos.

La tensión es tal en la línea de contacto que Armenia no solo decretó la ley marcial, sino también una movilización general.

Tras 24 horas de choques armados y tras imponer el domingo también la ley marcial y un toque de queda en algunas ciudades, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, dio hoy un paso más y decretó una movilización parcial en el país.

El conflicto en torno a Nagorno Karabaj, el más antiguo en el espacio postsoviético y que amenaza con desestabilizar la región del Cáucaso Sur, un importante corredor para el tránsito de gas y petróleo, puede obligar a potencias como Rusia y Turquía a involucrarse.

RUSIA A LA ESPERA

Rusia, uno de los principales mediadores en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, ha adoptado por ahora una postura de espera en el conflicto y sólo ha llamado al cese de hostilidades.

El Kremlin recalcó hoy que Rusia tiene «tradicionalmente buenas relaciones» con ambas partes. Moscú ha hablado con las dos capitales para tratar de calmar las tensiones.

El presidente ruso, Vladímir Putin, de hecho se lleva bien con ambos líderes y suministra armas a los dos países, pero tiene una base militar en Armenia y es aliado de Ereván en la alianza político-militar postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).

Turquía, enemigo acérrimo de Armenia, se ha posicionado claramente del lado de Azerbaiyán y ha prometido «pleno apoyo» a Bakú.

¿TURQUÍA, OTRA PARTE DEL CONFLICTO?

Ankara y Moscú están en «pleno contacto» por el conflicto, según dijo hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, mientras se intensificaban las acusaciones de Armenia sobre una injerencia turca en el enfrentamiento por Nagorno Karabaj, no solo retóricamente, sino supuestamente también sobre el terreno.

«Junto con los azerbaiyanos combaten especialistas militares turcos, que usan armamento turco, incluidos drones y aviones de combate», señaló el Ministerio de Exteriores en un comunicado.

Ello después de que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirmara que un grupo de combatientes rebeldes sirios reclutados por Ankara llegó a Azerbaiyán, después de partir hace algunos días del norte de Siria a través del territorio de Turquía.

El embajador armenio en Rusia, Vardán Toganián, cifró este lunes en declaraciones a medios rusos en «cerca de 4.000» el número de mercenarios «enviados por Turquía desde Siria a Azerbaiyán».

El ministro de Exteriores de Azerbaiyán, Dzheykhún Bayrámov, dijo a la agencia rusa RIA Nóvosti que «no hay injerencia turca», y que,»el armamento que utilizan las Fuerzas Armadas azerbaiyanas, en su mayor parte, es ruso».

ERDOGAN TOMA PARTIDO

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se hizo hoy eco de los rumores de que su país habría enviado armas, militares o incluso mercenarios a Azerbaiyán para respaldar la ofensiva de Bakú, pero sin confirmarlos ni negarlos.

«Nos amenazan. Dicen que si Turquía está allí, si hay soldados turcos allí, si enviamos armas… Son los mismos quienes enviaron camiones con armas a Siria», dijo Erdogan en referencia al apoyo de EEUU a las milicias kurdosirias enfrentadas con Turquía.

El mandatario acusó al Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE) para el arreglo del conflicto de Nagorno Karabaj (Rusia, Francia y EEUU) de «no solo no resolver el problema en 30 años, sino de hacer lo posible para no resolverlo».

Por ello, sostuvo, Bakú «se ha visto forzado a decir que ha llegado el momento de arreglar cuentas y de resolver el problema por sus propios medios».

El conflicto de Nagorno Karabaj estalló en 1991 y llevó a Armenia a anexionarse de facto esta región, poblada por armenios cristianos, pero adjudicada por la Unión Soviética a Azerbaiyán, de habla turca y mayoría musulmana.

EL DILEMA DE PASHINIÁN

Según dijo a Efe el exministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán Tofik Zulfugarov, la actual escalada en Karabaj puso de manifiesto no solo «el aumento del papel de Turquía» en la región, sino también «la disminución de la disposición de Rusia para apoyar la política de Armenia».

«Armenia trata, por una parte, de conservar los territorios ocupados a Azerbaiyán, utilizando el paraguas de seguridad de Rusia, pero al mismo tiempo el primer ministro, Nikol Pashinián, quiere reorientar la política del país hacia Occidente», opinó.

Todo ello, según el diplomático, hace que Rusia y la OTSC «se distancien de los problemas de Armenia», mientras Turquía refuerza sus posiciones y «por primera vez se manifiesta de forma tan activa» en asuntos relativos al conflicto armenio-azerbaiyano.

También el director del Instituto del Cáucaso de Ereván, Alexandr Iskandarián, opinó que la actual escalada en la región se diferencia de las otras precisamente por el «factor turco», que eleva el conflicto «a un nivel internacional».

Iskandarián sostuvo que, «por primera vez, Ankara respalda una ofensiva de Bakú de una forma tan abierta, con declaraciones de apoyo a nivel oficial y entrega de armamento».

Así, mientras otros actores mundiales, como Estados Unidos, la Unión Europa y Rusia, se ocupan de sus asuntos internos y la lucha contra el coronavirus, Turquía «se envalentona» y refuerza sus posiciones en el Cáucaso, opinó.

Para el analista, todo ello no significa que Rusia vaya a ceder sus posiciones en la región, pero sus futuras acciones están condicionadas al desarrollo de los acontecimientos militares.

«Por el momento, Moscú prefiere esperar», concluyó. EFE

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