¿Por qué es una mala práctica enviar copia oculta al jefe?

Los correos electrónicos siguen siendo una de las formas más comunes de comunicarse en el trabajo, y también de mala comunicación en el trabajo. Las funciones de copia y copia oculta pueden corromper la confianza y enturbiar las intenciones. A fin de explorar la forma en que los remitentes y los destinatarios interpretan el uso de estas herramientas, realizamos una serie de cinco estudios experimentales en los que participaron un total de 694 trabajadores adultos.

En nuestro primer estudio, queríamos explorar la manera en que la gente percibe el uso de las copias ocultas en relación al uso de las copias. Se les dio a los participantes una de dos situaciones relacionadas con el trabajo que describían una en la que sus compañeros enviaban al participante un correo electrónico que incluía a su supervisor con copia o con copia oculta. Después los participantes tenían que evaluar la situación de trabajo presentada según varias mediciones. En este estudio se descubrió que la gente considera que es menos ético, más misterioso y más intimidatorio enviar una copia oculta al supervisor que enviar una copia.

En un segundo estudio, nos propusimos descubrir las razones por las que la gente elige usar copia oculta en primera instancia. Las que se citaban con mayor frecuencia eran “motivos administrativos”, o un deseo de no compartir la información de contacto del supervisor.

En dos estudios subsecuentes, probamos si estas dos explicaciones administrativas suavizarían las percepciones negativas de los destinatarios acerca del remitente. Los resultados de estos dos estudios mostraron que el uso de la copia oculta (en comparación con la función más transparente de la copia) hizo que los destinatarios evaluaran al remitente como menos ético, y menos adecuado para ser el líder del equipo. Nuestros resultados, un tanto sorprendentes, revelaron que cuando el remitente mencionó retroactivamente alguna de estas dos razones “administrativas” para usar la copia oculta, las percepciones negativas de los destinatarios no se suavizaron.

No cabe duda de que sí existen situaciones en que, para los intereses del equipo o de la empresa, tiene que compartirse un correo electrónico con alguien superior sin que lo sepan los demás destinatarios. Llevamos a cabo un estudio final que abordara situaciones como estas. Según nuestros resultados, descubrimos que la gente prefiere sustancialmente reenviar correos electrónicos a enviar copia oculta, y que también percibe como menos dañino reenviar correos electrónicos, a pesar de que los destinatarios siguen percibiendo que el remitente tiene intenciones poco éticas.

Una solución eficaz podría ser reescribir un correo electrónico para dirigirse personalmente al supervisor de un equipo. Dicho correo electrónico podría formularse como una actualización y alcanzaría las metas administrativas de una copia oculta —para mantener al día al supervisor— sin alejar al resto del equipo.

Por David De Cremer, profesor en la Escuela de Administración Judge, Cambridge, y profesor visitante en la Escuela de Administración HSBC de la Universidad de Pekín.

Jack McGuire, gerente del laboratorio experimental del Grupo de Economía Conductual y Experimental de Cambridge e investigador adjunto en la Escuela de Administración Judge.

Tessa Haesevoets, investigadora de posdoctorado en la Universidad de Gante, Bélgica.

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