Ensayo con el primer tractor eléctrico de Europa de pequeñas dimensiones, apto para trabajar el viñedo, un vehículo innovador que puede suponer una revolución para la viticultura, no sólo por contribuir a la eliminación de los gases de efecto invernadero, sino por aportar un cambio de mentalidad en la gestión del viñedo.
El ensayo, llevado a cabo recientemente por Familia Torres, se ha realizado en un viñedo en Pacs del Penedès con un tractor eléctrico modelo Alpo 4×4, desarrollado el fabricante francés Sabi Agri, que llega por primera vez a España. El vehículo tiene tracción en las cuatro ruedas y una potencia de 50 caballos eléctricos que le permite ejecutar buena parte de las operaciones habituales de un tractor de combustión pequeño, pero utilizando diez veces menos de energía.
Las baterías tienen una autonomía de hasta ocho horas y se cargan en menos de dos, pero además, el tractor dispone también de unos paneles solares en el techo que ayudan a complementar la carga. Se trata de un vehículo totalmente silencioso, compatible con accesorios estándar de la bodega para el cultivo del viñedo, y se fabrica a medida de las necesidades de cada cliente, según sus fabricantes.
Tractores eléctricos, ventajas medioambientales
“Utilizar un tractor de estas características sería como trabajar la tierra con un caballo; es muy respetuoso para el suelo, que no se compacta ya que el tractor es muy ligero, y esto permite proteger la biodiversidad del viñedo”, explica Xavier Sort, director de producción de Familia Torres, mientras que Josep María Ribas, director de cambio climático de la bodega, añade que “una de las principales ventajas del tractor eléctrico es que no emite CO2 y esto nos permitirá alcanzar nuestro objetivo de reducción de emisiones, que es del treinta por ciento en 2020 en comparación con 2008 y del cincuenta y cinco por ciento en 2030”.
En este sentido, la voluntad de la bodega es incorporar estos tractores en fase de pruebas en algunas fincas de Cataluña, con el objetivo de ir implementando gradualmente un nuevo modelo de viticultura, que sea más integrada y respetuosa con el viñedo, que preserve la biodiversidad y permita luchar contra el cambio climático.