Unicef: La seguridad alimentaria, una "bomba de relojería" bajo el COVID-19

Unicef La seguridad alimentaria una quotbomba de relojeriaquot bajo el
Quito, 21 may (EFE).- El representante de Unicef en Ecuador, Joaquín González-Alemán, advirtió este jueves que la seguridad alimentaria durante la pandemia del COVID-19 se está tornando en una «bomba de relojería» y que el virus empuja a 350.000 personas en el país a la pobreza.

«Es una bomba de relojería porque la seguridad alimentaria es lo más básico», explicó en entrevista con Efe en la que alertó que las familias ecuatorianas perciben un aumento de precios e inflación.

AUMENTO DE LA POBREZA

De acuerdo a una encuesta realizada por las agencias del Sistema de Naciones Unidas, vía telefónica a 409 familias ecuatorianas entre el 7 y el 17 de abril, sólo el 54% de los hogares tuvo suficientes alimentos para todos sus miembros, el 11% no tuvo acceso y el 35% de manera parcial.

González-Alemán recuerda la estimación del Banco Mundial de que alrededor de 350.000 hogares caerán en la pobreza en Ecuador por la crisis económica generada por la emergencia sanitaria.

«Estamos hablando de que si la pobreza era antes del 25% de la población, ahora va a ser el 30% y estamos hablando de millón y medio más que hay que identificar», dijo sin ocultar su preocupación ante el «posible reinicio de la conflictividad social» en el país.

La situación se antoja más compleja para la población migrante. Y en el caso de los hogares venezolanos, conforme a la misma encuesta, el 80 % dijo estar sin trabajo, el 59 % tuvo acceso parcial a alimentos y el 13 % no accedió a ellos.

Ante un aislamiento que está situando al país en «una economía de guerra», según afirman funcionarios de alto rango, el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indica que un contexto de conflicto como el que vivió Ecuador en octubre pasado lo que haría «es retrasar la recuperación del país».

«Cuanto más tiempo tardemos con esto, más difícil va a ser la recuperación y que los niños vuelvan al colegio, a vacunarse, que haya una actividad económica que permita a sus padres ganar dinero para poder alimentarlos», insistió.

EL COVID-19 DESPLAZA RECURSOS SANITARIOS

El 26 % de los hogares consultados manifestó que tuvo un problema de salud -no relacionado con el COVID-19-, pero que no pudo acceder al sistema sanitario. El 12 % indicó que fue atendido en el centro de salud, mientras que el 35 % optó por automedicarse.

Si la presión ejercida por la pandemia continúa minando e interrumpiendo los servicios rutinarios, Unicef cree que Ecuador podría duplicar las muertes maternas e incrementar en un 50 % la mortalidad infantil en un país donde en 2018 perdieron la vida 4.059 menores de 5 años y 221 mujeres por causas relacionadas con el embarazo.

Por ello, una de las recomendaciones al Gobierno es la de priorizar la dotación de servicios esenciales de salud materno-infantil, y reanudar las campañas de vacunación para prevenir que el coronavirus no termine diseminando enfermedades prevenibles como el sarampión, polio y meningitis.

EDUCACION EN JAQUE

En el ámbito educativo, las restricciones por la emergencia sanitaria han dejado sin escuelas a 4,6 millones de escolares y en Ecuador únicamente el 37 % de los hogares dispone de acceso a internet, lo que significa que 6 de cada 10 niños no pueden continuar sus estudios a través de plataformas digitales.

En zonas rurales, solo el 16 % dispone de red y en comunidades indígenas incomunicadas este tipo de educación es inexistente.

En coordinación con el Ministerio de Educación, Unicef ha impulsado teleducación a través de canales públicos al menos una hora al día y espera ampliar esa franja, además de sugerir criterios para la reanudación de clases en una nueva normalidad pos-COVID-19.

PROTECCION Y OPORTUNIDAD

También sigue muy de cerca la protección social frente a la violencia intrafamiliar y a los niños, que «podría aumentar debido al confinamiento, el estrés y la falta de recursos económicos».

Según datos del Consejo de Protección de Derechos de Quito, siete menores han sido asesinados y otra decena se han suicidado durante el estado de excepción.

«La situación es complicada y lo que queremos es que la pandemia también constituya una oportunidad para que podamos ver más allá, mejorar la situación de la infancia en el futuro, no dejar a ningún niño ni niña atrás, ni a indígenas o en movilidad humana», resume. EFE

Más popular