Santo Domingo. – El puente Francisco del Rosario Sánchez, mejor conocido como el puente de La 17, es una estructura que genera gran preocupación por el deterioro que muestra, especialmente a causa del óxido y los agujeros que mantienen en pánico a la población que cruza o las familias que viven en el entorno de esta vía.
Los estruendos causados por la inestabilidad de las planchuelas al ser impactadas por los neumáticos de los vehículos es otra muestra del deterioro progresivo que presenta.
En la superestructura de acero se observan láminas y soportes con oxidación. Además, se pueden ver a simple vista pequeñas fisuras debido a los problemas originados por la falta de mantenimiento en las uniones soldadas, sin que hasta el momento las autoridades apliquen un efectivo plan para la reestructuración completa de esta importante vía.
Este puente, construido sobre el río Ozama en 1974, tiene poco más de 800 metros de extensión, con cuatro carriles, por donde cada día transitan más de 60 mil vehículos en uno de los tramos, tanto del transporte público como privado que comunica al Distrito Nacional con Santo Domingo Este.
Según el censo de la Oficina Nacional de Estadística 2022, el municipio tenía 1,029,117 habitantes, convirtiéndola en la ciudad más poblada de la República Dominicana y con un crecimiento constante.
Esta infraestructura ha sido sometida a sobrecargas para la que no fue diseñada, siendo violadas frecuentemente las leyes de tránsito, por desplazamientos de camiones, patanas de doble remolque y equipos pesados, así como las recordadas concentraciones políticas multitudinarias. No obstante, ante ese uso excesivo de esta estructura, por más de 40 años no se le aplicó un mantenimiento rutinario efectivo.
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Quejas de moradores
El ciudadano Genaro Martínez, de 60 años, expresó que el puente de “La 17” siempre ha tenido su defecto y en algunas ocasiones hasta ha visto tornillos caer por el descuido y la falta de mantenimiento que no recibe el mismo.
Mientras, la señora Marlín Bello, de 53 años, quien vive con su esposo que padece una condición de salud que le impide movilizarse correctamente, señaló a este medio de comunicación que la condición se agrava cada vez que llueve, porque caen los desechos acumulados por los huecos que tiene el puente.
“El zinc tiene bastante hoyos por las piedras y el agua que cae, algunas veces uno no puede dormir por todos esos escombros que caen en la casa”, dijo Bello.
Asimismo, sostuvo que esta situación es desesperante para los que viven debajo de esta estructura, ya que no cuentan con los recursos necesarios para mudarse a otro lugar.
El señor Héctor Luis Paniagua, de 44 años, quien se encontraba sentado frente a su casa dijo que “nos sentimos bastante mal y con temor, porque a cada rato cae un hierro del puente. Los otros días cayó uno que por poco mata pila de gente”.
Justamente, al llegar donde unas personas que se encontraban conversando sentados frente a un parque, ubicado debajo del viaducto, el equipo De Último Minuto pudo percibir cómo una de las vigas se encontraba moviendo por el impacto que recibía de los neumáticos y las fuertes ráfagas de viento.
Deterioro progresivo
El presidente de la Comisión para la Supervisión de las Infraestructuras Nacionales ante el Cambio Climático, Osiris de León, durante una entrevista a “De Último Minuto”, señaló la presencia del salitre como factor principal en el deterioro progresivo del acero que compone la infraestructura. Agregó que la situación no solo afecta a quienes viven cerca del mar, sino a toda la comunidad, incluso a aquellos a varios kilómetros de distancia.
El geólogo explicó que el puente está en una ciudad costera y que el aire que viene desde el mar hasta tierra adentro con micropartículas de vapor de agua marina se estrella con todas las estructuras en su camino, lo que provoca su adherencia y comienza un proceso de corrosión.
Añadió que esta problemática no se debe a la falta de mantenimiento, sino a una acción constante de componentes combinados que actúan sobre un elemento metálico, lo que termina deteriorándose debido al salitre.
De León hizo un llamado para que esta estructura sea considerada una prioridad en la agenda del Ministerio de Obras Públicas, sugiriendo la posibilidad de una sustitución total de la estructura, como una opción viable.
“Es un puente que amerita ser puesto en la agenda de prioridades, para que entonces, en este caso, el Ministerio de Obras Públicas, pueda incluir en su presupuesto una intervención importante para ese puente. O quizás, no estoy diciendo que sea así, no manejo presupuestos, pero quizás considerar como la opción ideal la sustitución total de ese puente», manifestó.
Mantenimiento en proyecto
Romel Pérez, encargado de Mantenimiento de Puentes del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), afirmó que desde que el puente fue construido, hace aproximadamente 50 años, nunca se le ha dado un mantenimiento profundo, siendo este una de las muestras del deterioro progresivo que se puede percibir en su estructura.
Hasta ahora, lo más que se ha hecho es reponer parte de los metales del pasamano o barandilla, que hace unos años fueron sustraídos, así como la pintura de la misma. Debido a esto, personas que han visto el puente por debajo temen que, si no se le da el mantenimiento adecuado, la estructura pueda tener problemas graves.
«Habrá elementos que se sustituirán completamente, mientras que otros, durante la evaluación profunda, veremos si es necesario reemplazarlos», comentó Pérez.
Hay planes de intervenir primero la parte de la planchuela movible que causa los ruidos para rehabilitar el espacio de más de un metro con material de concreto, pero los planes de rehabilitación son a mayor plazo.
Se recuerda que este es uno de los puentes más importantes, tanto del Distrito Nacional como del municipio Santo Domingo Este, debido a que conecta no solo a ese municipio, sino también a Santo Domingo Norte por Sabana Perdida.
