Los servicios de seguridad rusos informaron la detención de un hombre y su hijo en la región de Samara, en el suroeste del país, bajo la acusación de haber participado en actos de sabotaje contra infraestructuras estratégicas desde 2023. Según la nota oficial del Servicio Federal de Seguridad (FSB), ambos fueron arrestados cuando presuntamente intentaban colocar explosivos en un puente ferroviario.
De acuerdo con la agencia EFE, el FSB sostiene que los sospechosos —nacidos en 1970 y 1992— habrían estado involucrados en la planificación de ataques contra instalaciones de petróleo, gas y transporte. La investigación apunta a que el hijo, tras un viaje al extranjero en 2022, estableció contacto con fuerzas ucranianas a través de Telegram y ofreció su colaboración para cometer atentados en territorio ruso. Posteriormente, convenció a su padre para sumarse a las acciones, bajo una motivación compartida de oposición a las autoridades rusas.
En declaraciones difundidas por el propio organismo de seguridad, el joven detenido confesó que no apoya la guerra en Ucrania, a la que calificó como un “día negro” en su vida, y manifestó que su postura es “a favor de la gente y contra el mal”. El caso se produce en un contexto de creciente tensión interna, donde Moscú ha intensificado las medidas contra presuntos colaboradores de Kiev dentro de sus fronteras.
Analistas consultados por medios internacionales señalan que este tipo de operaciones responde a una estrategia del Kremlin para reforzar la percepción de amenaza interna y justificar un mayor control sobre la población. Al mismo tiempo, refleja la vulnerabilidad de infraestructuras clave en medio de un conflicto que ha traspasado el frente militar para instalarse en la vida cotidiana de varias regiones rusas.