Las autoridades de Taiwán anunciaron este martes la imposición de restricciones a la exportación de semiconductores hacia Sudáfrica, una decisión que responde a motivos de seguridad nacional tras el cambio de denominación de las oficinas de representación taiwanesas en ese país africano.
Según informó EFE, las ventas de chips hacia territorio sudafricano deberán contar a partir de ahora con la aprobación expresa de la Administración de Comercio Internacional de Taiwán. En un comunicado, la entidad sostuvo que las medidas buscan “proteger la soberanía, la seguridad y el normal desarrollo económico y comercial” de la isla.
Las limitaciones afectan a 47 categorías de productos vinculados con la industria de semiconductores, un sector en el que Taiwán ocupa un lugar de liderazgo mundial. La decisión llega después de que el Gobierno sudafricano anunciara en julio que las oficinas de enlace de Taipéi pasarán a llamarse Oficina Comercial de Taipéi en Johannesburgo y Oficina Comercial de Taipéi en Ciudad del Cabo, movimiento que Taipéi considera resultado directo de la presión diplomática de China.
El director del Departamento de Asuntos de Asia Occidental y África de la Cancillería taiwanesa, Yen Chia-liang, ya había advertido en aquel momento que se evaluaban medidas de represalia. El anuncio coincidió con la visita a Pekín del vicepresidente sudafricano Paul Mashatile, lo que reforzó la percepción de Taipéi de un alineamiento cada vez mayor entre Pretoria y el Gobierno chino.
La disputa se enmarca en el progresivo aislamiento diplomático que enfrenta Taiwán. Actualmente, solo doce Estados mantienen relaciones formales con la isla: siete en América Latina y el Caribe, tres en Oceanía, uno en África (Esuatini) y uno en Europa (el Vaticano). En paralelo, Pekín intensifica su presión para que países de diferentes regiones retiren su reconocimiento a Taipéi, buscando consolidar su política de “una sola China”.
Más allá de la tensión bilateral, la medida de Taiwán podría tener efectos en la cadena global de suministros, dado que el país es pieza clave en la producción de semiconductores de última generación. Analistas advierten que, aunque Sudáfrica no figura entre los principales mercados de chips, la decisión ilustra cómo los conflictos diplomáticos pueden trasladarse al terreno económico y tecnológico, en un momento en que los semiconductores son considerados estratégicos para la seguridad y la innovación mundial.