El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que su país está cada vez más preparado para defenderse de una posible agresión de Estados Unidos, al que acusó de buscar “una guerra en el Caribe y Suramérica”. En un acto transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), el mandatario afirmó que, de producirse un ataque, su gobierno está dispuesto a responder.
Según informó la agencia EFE, Maduro sostuvo que Washington mantiene una fuerte presencia militar en el Caribe, con al menos ocho buques de guerra, un submarino de ataque rápido y más de 4.500 soldados, bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Sin embargo, el mandatario insiste en que esta operación forma parte de un plan para forzar un “cambio de régimen” e imponer un “gobierno títere” en Caracas.
En su discurso, Maduro se presentó como un líder dispuesto a resistir cualquier presión externa. “Si los gringos amenazan, más trabajamos; si los gringos atacan, responderemos”, dijo, al tiempo que destacó los avances de su administración en salud, educación y bienestar social. La declaración, aunque habitual en su retórica, adquiere relevancia en un contexto regional marcado por tensiones diplomáticas y ejercicios militares estadounidenses cerca de las costas venezolanas.
Analistas internacionales consideran que estas afirmaciones buscan reforzar la narrativa de resistencia frente a un enemigo externo, estrategia que Maduro ha utilizado para cohesionar a sus bases políticas y justificar la militarización interna. No obstante, el gobierno estadounidense ha reiterado que sus operaciones en el Caribe se centran en la lucha contra el narcotráfico y no en una intervención militar directa.
En los últimos meses, Caracas ha incrementado la cooperación militar con aliados como Rusia e Irán, en lo que algunos expertos interpretan como una señal de advertencia a Washington. Mientras tanto, la población venezolana sigue enfrentando una situación económica frágil, marcada por la inflación y la emigración continua, factores que podrían incidir en el discurso patriótico que el presidente intenta reforzar.
La tensión entre Caracas y Washington se mantiene, aunque sin indicios de un enfrentamiento directo. Sin embargo, el mensaje de Maduro reafirma su intención de mostrar a Venezuela como una nación soberana que no se dejará intimidar por el poder militar de Estados Unidos.