Los Azulejos de Toronto sorprendieron al béisbol este miércoles al sellar su pase a la Serie de Campeonato de la Liga Americana (ALCS) tras derrotar 5-2 a los Yankees de Nueva York en el Yankee Stadium. La victoria, que cerró la Serie Divisional (ALDS) en cuatro juegos, marcó el final del dominio que por años impuso el conjunto neoyorquino sobre la franquicia canadiense.
Según MLB.com, el primer juego de la ALCS presentado por loanDepot está programado para el domingo, con horario aún por confirmar y transmisión a través de FOX/FS1. El ambiente en el clubhouse de Toronto resumía la emoción de una temporada impensada: “¿Por qué no los Blue Jays? ¿Por qué no este año?”, resonaba entre los jugadores mientras celebraban la hazaña.
Esta clasificación tiene un sabor especial para la fanaticada canadiense. Toronto no llegaba a esta instancia desde las campañas de 2015 y 2016, cuando un grupo lleno de energía y talento, encabezado entonces por figuras como José Bautista y Josh Donaldson, devolvió la pasión beisbolera al país. Sin embargo, esta edición del 2025 ha cautivado de otro modo: por pura sorpresa.
Hace apenas un año, los Azulejos cerraron con un discreto récord de 74 victorias, una cifra que auguraba un nuevo ciclo de reconstrucción. El equipo comenzó la primavera con la promesa de “mejoras internas”, un lema modesto que pocos tomaron en serio. Además, la incertidumbre sobre el futuro contractual de Vladimir Guerrero Jr. alimentaba el escepticismo de analistas y fanáticos.
Pero Toronto encontró su identidad en la adversidad. Con una rotación joven que maduró a golpe de necesidad y un bullpen más sólido que en campañas anteriores, el conjunto dirigido por John Schneider se ganó el respeto del circuito. La ofensiva, liderada por Guerrero Jr. y Bo Bichette, encontró el equilibrio que tantas veces faltó, mientras que el pitcheo oportuno ha sido el sello de la postemporada.
Ahora, los Blue Jays regresan a Canadá a la espera del desenlace entre los Tigres de Detroit y los Marineros de Seattle, serie que definirá quién será su rival en la próxima fase. Pase lo que pase, Toronto ya consiguió lo que muchos creían imposible: revivir el espíritu competitivo de una nación que vuelve a soñar con la Serie Mundial.
Y aunque el camino no ha terminado, el mensaje desde el norte es claro: los Azulejos ya no son una promesa. Son una realidad.
