El retorno de dos cuerpos israelíes desde Gaza volvió a sacudir los ánimos en Jerusalén. Los ataúdes, trasladados bajo estrictas medidas de seguridad, fueron recibidos por las fuerzas militares en un operativo marcado por la solemnidad y el silencio, en medio de un conflicto que no deja espacio para la tregua ni para la esperanza inmediata.
Según la agencia EFE, los restos fueron entregados por la Cruz Roja al Ejército israelí dentro de la Franja de Gaza, antes de ser trasladados al Instituto Nacional de Medicina Forense Abu Kabir, en Yaffa, donde expertos intentan confirmar la identidad de las víctimas. Desde la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu se confirmó que ambos cuerpos recibirán honores militares y que sus familias ya fueron notificadas.
Las autoridades señalaron que el hallazgo corresponde a dos rehenes: Amiram Cooper, de 85 años, y Saher Baruch, de 25. Cooper habría muerto durante su cautiverio, posiblemente tras el colapso del túnel donde estaba retenido, mientras que Baruch perdió la vida durante una fallida operación de rescate en diciembre de 2023. Sin embargo, la incertidumbre persiste: Hamás no ha especificado con claridad la identidad de los cuerpos entregados.
El brazo armado del grupo islamista, las Brigadas Al Qasam, aseguró haber encontrado los cadáveres tras varios días de búsqueda en la zona de Jan Yunis, en el sur de Gaza. El proceso de entrega, inicialmente previsto para el miércoles, fue aplazado tras una nueva oleada de bombardeos israelíes. Los movimientos del grupo en los túneles subterráneos y los ataques cruzados dificultaron la confirmación inmediata de los hechos.
Israel, por su parte, mantiene su compromiso de recuperar a cada uno de los secuestrados. Las autoridades repitieron que “el esfuerzo no se detendrá hasta que el último rehén vuelva a casa”. Sin embargo, la recuperación de cuerpos equivocados en entregas anteriores ha sembrado dudas sobre la veracidad de los comunicados de Hamás y sobre la precisión de las operaciones humanitarias en una guerra que no conoce fronteras entre la tragedia y la confusión.
La tensión se recrudece mientras ambos bandos intentan controlar el relato de los hechos. Para Israel, cada cuerpo devuelto representa una mezcla de dolor y deber cumplido; para Gaza, un recordatorio de que los túneles, símbolo de resistencia y supervivencia, también son hoy cementerios invisibles.

 
 
                                    







