El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, dejó entrever en Seúl que las tropas estadounidenses desplegadas en Corea del Sur podrían asumir responsabilidades más amplias en la región del Indo-Pacífico, más allá de su tradicional misión de disuasión ante las amenazas de Corea del Norte.
Según la agencia EFE, Hegseth abordó el tema durante una rueda de prensa junto al ministro de Defensa surcoreano, Ahn Gyu-back, tras la 57ª Reunión Consultiva de Seguridad (SCM), el principal foro bilateral de defensa entre ambos países. El funcionario estadounidense afirmó que “la flexibilidad de las Fuerzas Armadas en Corea del Sur para responder a contingencias regionales es algo que debe considerarse seriamente”.
La llamada “flexibilización estratégica” forma parte de la agenda de modernización de la alianza militar, que contempla posibles ajustes en el despliegue de los 28,500 soldados estadounidenses en territorio surcoreano, un incremento en la inversión militar de Seúl y una revisión del reparto de costes. Actualmente, Corea del Sur alberga el segundo mayor contingente militar estadounidense en Asia, después de Japón.
El planteamiento, sin embargo, genera inquietud en el gobierno surcoreano, que teme provocar tensiones con China, su principal socio comercial. Cualquier participación activa de las tropas estadounidenses en escenarios como una eventual crisis en Taiwán podría ser vista por Pekín como una provocación directa.
En paralelo, Hegseth manifestó su respaldo al proyecto surcoreano de desarrollar un submarino de propulsión nuclear, iniciativa aprobada días atrás por el presidente estadounidense Donald Trump tras reunirse con su homólogo Lee Jae-myung. De acuerdo con el Ministerio de Defensa surcoreano, el primer submarino podría estar operativo hacia mediados de la década de 2030, con tecnología local.
A pesar de este impulso, el ministro Ahn reiteró que Corea del Sur continuará comprometida con la desnuclearización de la península, descartando el desarrollo de armamento atómico propio y manteniendo su adhesión al Tratado de No Proliferación Nuclear.
Durante su visita, Hegseth también se reunió con el presidente surcoreano, quien destacó que el incremento del gasto militar nacional permitirá reducir la carga de defensa estadounidense en el Indo-Pacífico, mientras Seúl asume un papel más protagónico en la seguridad regional.
El encuentro entre los aliados ocurre en un contexto de creciente tensión, con Corea del Norte reforzando sus vínculos con Rusia y mostrando nuevos avances en su arsenal nuclear y de misiles, evidenciados recientemente con el desfile del misil balístico intercontinental Hwasong-20.
Antes de concluir su gira asiática, que incluyó paradas en Japón, Malasia y Vietnam, Hegseth visitó junto a Ahn la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), dentro de la frontera intercoreana. La visita coincidió con el lanzamiento de una serie de proyectiles por parte del régimen norcoreano, un recordatorio de que el equilibrio militar en la península continúa siendo tan frágil como decisivo.








