El automovilismo internacional perdió a una de sus figuras más recordadas de las décadas de los sesenta y setenta Andrea De Adamich, el expiloto italiano que brilló en escuderías legendarias como Ferrari y McLaren, falleció a los 84 años, dejando un legado marcado por la pasión y la valentía al volante.
Según la agencia EFE, De Adamich, nacido en Trieste en 1941, inició su trayectoria deportiva en 1962 y apenas tres años más tarde ya se había consagrado campeón de Fórmula 3, un logro que lo proyectó hacia la élite del automovilismo. Su debut en la Fórmula 1 llegó en 1968, época en la que la categoría vivía una transformación técnica y competitiva sin precedentes.
Durante cinco temporadas consecutivas, el piloto italiano formó parte de equipos que marcaron la historia de la F1, entre ellos Ferrari, McLaren, March, Surtees y Brabham. Su estilo al conducir, sobrio y metódico, lo convirtió en un referente del profesionalismo dentro de las pistas, especialmente en una era en la que el riesgo era una constante.
Su carrera deportiva tuvo un giro trágico en 1973, cuando un accidente en el circuito británico de Silverstone puso fin a su paso por la máxima categoría. Atrapado por casi una hora en su monoplaza Brabham tras un choque múltiple, sufrió fracturas en ambas piernas y lesiones musculares severas. Aquel episodio marcó el cierre de su etapa como piloto, pero no de su vínculo con el automovilismo.
Una vez recuperado, De Adamich encontró en la televisión una nueva manera de vivir su pasión por la velocidad. Se convirtió en comentarista y analista deportivo, rol que desempeñó con el mismo rigor y entusiasmo que lo caracterizó en las pistas. Su voz se volvió familiar para los aficionados italianos, que lo reconocían tanto por su experiencia técnica como por su autenticidad frente a las cámaras.
Andrea De Adamich se despide dejando tras de sí una huella profunda en la historia del automovilismo italiano y europeo. Fue un hombre que enfrentó con determinación los riesgos de su tiempo y que supo reinventarse sin perder la esencia del piloto que, desde su Trieste natal, soñó con conquistar la velocidad.
