La inestabilidad volvió a sentirse con fuerza desde primera hora, cuando buena parte del país amaneció bajo un cielo plomizo y un ambiente cargado que anunciaba una nueva jornada complicada. En Canarias, donde el temporal ya había mostrado su lado más severo, las cuadrillas de emergencia pasaron la noche entre deslizamientos, inundaciones repentinas y fallos eléctricos provocados por el viento y la lluvia.
Según EFE, el frente asociado a la borrasca Claudia avanza con lentitud y continúa descargando precipitaciones persistentes que han obligado a activar distintos niveles de alerta en el archipiélago, en el extremo occidental peninsular y en áreas del norte. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advierte que las rachas podrían alcanzar los 110 kilómetros por hora en zonas de Asturias y Cantabria, un escenario que mantiene en guardia a los servicios de protección civil.
La distribución del temporal está siendo irregular, pero su intensidad no deja margen para descuidos. En Huelva, Ávila, Salamanca y el norte de Cáceres se esperan acumulaciones que podrían superar fácilmente los 30 litros por metro cuadrado en una hora, mientras que en áreas concretas el registro podría multiplicarse por tres o cuatro a lo largo del día. En paralelo, varias comunidades mantienen avisos amarillos por oleaje, viento y tormentas que pueden ser muy breves, pero lo suficientemente violentas como para causar daños.
La situación obligó a algunos ayuntamientos a cerrar parques y canchas deportivas, sobre todo en Extremadura, donde el viento ha tumbado ramas y ha complicado el tránsito en zonas arboladas. Técnicos de Aemet han reiterado en la red social X que los desbordes y crecidas repentinas son una posibilidad real en áreas montañosas o de cauces estrechos, un fenómeno que suele intensificarse cuando el frente permanece casi estacionario, como ocurre en esta ocasión.
Galicia también carga con un panorama exigente. En dos días, algunos puntos del noroeste han superado los 200 litros por metro cuadrado, un volumen que refleja la capacidad de Claudia para sostener episodios de lluvia muy prolongados. En Andalucía occidental, la combinación de tormentas fuertes y vientos cambiantes mantiene en alerta a los equipos costeros, que no descartan la aparición de trombas marinas o tornados breves, frecuentes en situaciones de inestabilidad marcada y mar gruesa.
La Capitanía Marítima de Cádiz propuso incluso el cierre del puerto de la Bahía ante un temporal previsto de fuerza 8, impulsado por rachas de entre 62 y 74 kilómetros por hora del suroeste. Esta decisión, basada en un aviso de la red de Salvamento Marítimo, busca minimizar riesgos en un litoral que suele resentirse rápidamente ante oleajes prolongados.
En el archipiélago canario, el panorama comenzará a mejorar gradualmente. Las lluvias intensas darán paso a intervalos con nubes y claros a medida que el frente avance hacia el este, aunque los vientos seguirán dando guerra en algunas islas. Al mismo tiempo, las temperaturas en la península mostrarán variaciones notables ascenso en el Mediterráneo y Melilla donde se superarán los 30 grados y descensos marcados en el centro y sur interior.
Con la mirada puesta en el fin de semana, la previsión apunta a un ambiente húmedo, ventoso y poco agradable en la mayor parte del territorio. Claudia no se moverá demasiado de su posición actual, lo que mantendrá el flujo de chubascos generalizados. Las zonas más castigadas serán nuevamente el oeste de Galicia, el Pirineo, el sistema Ibérico, Extremadura y Andalucía occidental, mientras que en el sureste las precipitaciones serán más dispersas.
Aunque los modelos apuntan a una lenta mejoría el domingo, la atmósfera seguirá muy activa. Los suelos saturados y los ríos con caudales elevados obligarán a mantener la atención, un recordatorio de cómo estos episodios, cada vez más frecuentes según estudios del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), ponen a prueba infraestructuras, servicios de emergencia y a las propias comunidades.
