El amanecer en la ciudad de Ternópil (oeste de Ucrania) se tornó trágico este miércoles cuando dos misiles rusos impactaron contra dos edificios residenciales, provocando un saldo inicial de al menos 25 muertos y más de 70 heridos, entre ellos 15 niños.
Según el comunicado del Servicio de Emergencias de Ucrania, el bombardeo dejó además 73 personas heridas 15 de ellas menores y un elevado número de desaparecidos, lo que podría aumentar todavía el balance de víctimas fatales. De acuerdo con declaraciones del ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko, “desgraciadamente, en estos momentos no tenemos contacto con 25 personas”.
El ataque se produjo alrededor de las 07:00 hora local (05:00 GMT) cuando ambos misiles alcanzaron sendas edificaciones residenciales. La acción forma parte del último asalto de las fuerzas rusas, que la noche anterior lanzaron más de 400 drones y cerca de 50 misiles contra diferentes regiones de Ucrania, incluyendo el occidente del país. Esa región, hasta ahora relativamente alejada de las primeras líneas de combate, volvió a ser blanco principal al sufrir importantes daños en su infraestructura energética y servicios clave.
La reacción internacional no se hizo esperar. Los ministros de Exteriores de los países de los Unión Europea, entre ellos los de Países Bajos, Noruega, República Checa, Estonia y Letonia, expresaron sus condolencias al gobierno ucraniano y condenaron el bombardeo de forma conjunta.
Más allá del impacto inmediato, este episodio pone nuevamente de relieve la fragilidad de las ciudades occidentales ucranianas frente a los ataques aéreos rusos. Las condiciones de alerta permanente y los daños recurrentes en infraestructura civil recuerdan que esta guerra, más allá de las fronteras del este del país, afecta igualmente a zonas previamente consideradas seguras.
Las autoridades locales ya han iniciado labores de búsqueda y rescate de los desaparecidos, mientras los servicios de emergencia organizan atención médica y evacuación de heridos. A su vez, se plantean las implicaciones humanitarias de cara al invierno, cuando los cortes en la red eléctrica y los daños estructurales podrían agravar la situación de la población civil.
La comunidad internacional deberá evaluar cómo reforzar la protección de zonas urbanas vulnerables en Ucrania, vinculando asistencia técnica, humanitaria y militar para evitar que escenas como la vista en Ternópil se repitan.
