El cierre del Programa Nacional de Inducción dejó un ambiente de entusiasmo entre los nuevos maestros que, tras meses de acompañamiento y evaluación, finalmente obtuvieron su estabilidad laboral dentro del sistema preuniversitario. Para muchos, fue la confirmación de que su vocación encontró un espacio donde crecer y aportar.
Según la Presidencia, un total de 5,412 educadores completaron con éxito su período probatorio, un paso que también permitió reconocer a docentes y tutores que destacaron por su dedicación en un proceso que se ha convertido en una pieza clave para robustecer la calidad de la enseñanza en el país.
El acto estuvo encabezado por el ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, quien reiteró que el fortalecimiento del cuerpo docente es indispensable para avanzar hacia los compromisos asumidos en la Hoja de Ruta 2025-2028. Su planteamiento insistió en que la formación continua es parte de un trayecto que se construye con rigor, creatividad y acompañamiento, más que un punto final que se alcanza una sola vez.
Desde su implementación en 2022, este programa ha servido de plataforma inicial para 44,476 profesionales que ingresaron al sistema educativo a través de los concursos de oposición. La eficiencia del modelo ha llevado a consolidarlo como un filtro de calidad que permite que quienes llegan a las aulas lo hagan con criterio pedagógico actualizado y con una comprensión más profunda de las exigencias del rol.
El viceministro de Acreditación y Certificación Docente del Minerd, Francisco D’Óleo, explicó que la iniciativa se apoyó en una formación complementaria diseñada por el Isfodosu y desplegada junto a 17 Instituciones de Educación Superior. Esta articulación permitió que los nuevos docentes no solo recibieran acompañamiento, sino también una actualización metodológica alineada con los estándares que rigen la carrera magisterial.
La experiencia transformadora del proceso también fue resaltada por Crismell Hurtado Alfonso, representante de los docentes inducidos, quien habló en nombre de cientos de colegas que sintieron el acompañamiento como una guía real para enfrentar la complejidad del aula contemporánea. Sus palabras recogieron la emoción y la responsabilidad con la que la nueva generación docente asume su misión.
La estrategia conecta directamente con metas de largo alcance del Estado dominicano, como el Plan Horizonte 2034, que busca asegurar un sistema inclusivo, resiliente y sostenible, en el que el maestro se mantenga en el centro de cualquier proceso de mejora. La articulación interinstitucional exhibida en el evento refuerza esa visión de futuro compartido.
El encuentro estuvo ambientado por el coro del Instituto Politécnico Parroquial Santa Ana, bajo la dirección de la maestra Damari Frías, y reunió a diversas autoridades del sector educativo, desde directores de departamentos clave hasta representantes de organismos especializados en evaluación y formación docente. La amplia participación reflejó la importancia que el país concede a la preparación de quienes sostienen la educación desde las aulas.
El avance del programa muestra que la consolidación del talento docente sigue siendo uno de los pilares más estratégicos para elevar la calidad educativa. Cada nueva cohorte de maestros certificados aporta una señal de confianza en un sistema que continúa ajustándose para responder a los desafíos actuales del aprendizaje.
