La presencia del presidente Luis Abinader en la reunión anual de la Asociación de la Industria de Semiconductores marcó un momento estratégico para el país. El mandatario aprovechó el escenario para reafirmar que la República Dominicana está lista para insertarse en un sector que hoy define el pulso de la economía mundial.
En ese ambiente empresarial de alto nivel, Abinader insistió en que el país ya dispone de una hoja de ruta formal para atraer inversiones vinculadas a esta industria, respaldada por el Decreto 324-24. Su planteamiento va en línea con los esfuerzos por diversificar la economía y sumar sectores de mayor sofisticación tecnológica.
El potencial económico es considerable: la industria global de semiconductores supera los tres trillones de dólares al año, y según comentó el presidente, la instalación de una sola empresa en territorio dominicano podría generar cerca de 700 millones de dólares. Esa cifra explica por qué el Gobierno está apostando a posicionar al país como un nodo emergente de manufactura avanzada y logística, apoyado en la estabilidad macroeconómica y una infraestructura que ha venido modernizándose de forma constante.
El ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Víctor “Ito” Bisonó, reforzó esa visión al señalar que el país lleva años trabajando en una agenda de fortalecimiento institucional y cooperación internacional para atraer industrias de tecnología avanzada. En sus palabras, la República Dominicana está preparada para establecer vínculos estratégicos con líderes globales y abrirse paso en un ecosistema cada vez más competitivo.
La agenda del mandatario incluyó encuentros con CEO’s y altos directivos de empresas de referencia en la fabricación de microchips. Estas conversaciones buscan acelerar el posicionamiento dominicano como destino confiable en un mercado donde la seguridad tecnológica y la resiliencia de las cadenas de suministro se han convertido en prioridades para potencias como Estados Unidos.
La presencia dominicana en la reunión anual de la SIA apunta a algo más que obtener inversiones puntuales. Forma parte de una estrategia de largo alcance que aspira a integrar al país en cadenas globales de valor fundamentales para la economía del futuro. En un mundo donde los semiconductores definen desde teléfonos hasta sistemas de defensa, la posibilidad de participar en esa industria abre una ventana distinta para el desarrollo nacional.








