El ambiente político peruano volvió a estremecerse este martes después de que Rafael Belaúnde Llosa, candidato presidencial de Libertad Popular, resultara herido levemente luego de ser atacado a tiros mientras recorría la zona de Cerro Azul, en el sur de Lima. El aspirante, que realizaba gestiones vinculadas a sus actividades privadas, logró mantenerse consciente pese al impacto del atentado.
Según informó la agencia EFE, Belaúnde viajaba en su vehículo cuando una ráfaga de disparos atravesó el parabrisas. Las imágenes compartidas por su equipo político muestran al empresario con sangre en la cabeza y la camisa, aunque sin lesiones que comprometieran su vida. La situación encendió alarmas en plena antesala del proceso electoral previsto para abril de 2026.
Las primeras reacciones no tardaron en aparecer dentro de su propio movimiento. Pedro Cateriano, ex primer ministro peruano y fundador de Libertad Popular, calificó el ataque como “un mal inicio de la campaña”, destacando la escalada de violencia que enfrenta el país. Sus palabras reflejan un clima que, desde hace meses, viene marcando la convivencia en regiones clave, especialmente aquellas donde la delincuencia organizada ha ganado terreno.
Tras el atentado, Belaúnde nieto del expresidente Fernando Belaúnde Terry acudió a la comisaría de Cerro Azul para formalizar su denuncia. Su presencia allí permitió activar de inmediato los protocolos policiales, un paso crucial para intentar reconstruir el recorrido de los agresores y determinar si el ataque responde a motivos políticos, criminales o a un conflicto puntual asociado a su actividad empresarial.
El comandante general de la Policía Nacional del Perú, Óscar Arriola, explicó que el candidato había estado supervisando terrenos de su propiedad en Cañete y que fue atacado por sujetos a bordo de una motocicleta al retirarse del lugar. Aunque descartó amenazas previas, la modalidad del ataque rápida, directa y ejecutada con armas de fuego coincide con patrones delictivos vinculados a redes extorsivas que operan en distintas zonas del país.
La Policía activó el Plan Cerco para rastrear a los responsables y desplegó unidades de Homicidios y Criminalística en el área. Aunque el comunicado oficial señaló que “no se presentaron heridos”, las imágenes difundidas contradicen la frialdad de esa frase, aportando mayor presión pública sobre las autoridades encargadas de esclarecer el hecho.
La candidatura de Belaúnde, ubicada en un espectro de centro derecha, forma parte de un escenario altamente fragmentado 39 aspirantes se perfilan actualmente para las elecciones generales de 2026, un proceso que marcará el retorno de la bicameralidad en el Congreso peruano después de más de tres décadas. El atentado, más allá de sus motivaciones, agrega tensión a un país que vive una campaña anticipada, marcada por la desconfianza ciudadana y un creciente temor a la violencia.
La investigación continúa, mientras el aspirante retoma actividades bajo estricta vigilancia. Su caso podría convertirse en un punto de inflexión dentro del debate de seguridad pública, un tema que hoy domina la agenda política peruana con una urgencia ineludible.
