La tensión en el Caribe volvió a escalar luego de que Washington adelantara nuevos pasos en su estrategia antidrogas. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que su administración se prepara para ejecutar acciones directas contra redes del narcotráfico que según afirma operan desde suelo venezolano.
Según EFE, el mandatario explicó que los recientes operativos marítimos en el Caribe forman parte de una campaña más amplia y que su gobierno ya analiza intervenciones terrestres para desarticular rutas y enclaves utilizados por organizaciones criminales. La agencia detalló que Trump conversó con la prensa durante una reunión de su gabinete en la Casa Blanca.
El jefe de Estado señaló que los servicios de inteligencia estadounidenses manejan información precisa sobre movimientos, puntos de control y zonas de influencia de los grupos involucrados. Sus declaraciones se producen en medio de un despliegue reforzado de la Guardia Costera y el Comando Sur, que desde comienzos de año han incrementado intercepciones en aguas del Caribe, una región históricamente empleada para trasladar cargamentos de cocaína hacia Norteamérica.
Analistas de seguridad consultados por organismos multilaterales han advertido que, aunque la presión marítima limita ciertas operaciones, los cárteles suelen adaptarse con rapidez, diversificando rutas hacia la costa atlántica o incrementando el uso de aeronaves clandestinas. Esta flexibilidad, agregan, explica por qué Estados Unidos insiste en combinar vigilancia aérea, operaciones navales y acciones encubiertas en tierra.
El posible aumento de operaciones dentro de Venezuela abre un debate regional sobre soberanía y cooperación. Algunos gobiernos del Caribe mantienen reservas ante cualquier intervención unilateral, mientras que expertos en política internacional subrayan que cualquier avance en territorio venezolano podría tensar aún más la relación entre Washington y Caracas, ya deteriorada en los últimos años.
A pesar del hermetismo habitual en estos temas, el mensaje de Trump apunta a una estrategia más agresiva. Falta por verse si estas acciones contarán con respaldo de aliados hemisféricos o si Estados Unidos optará por avanzar de manera independiente, en un momento en que el mapa político latinoamericano muestra posturas cada vez más divergentes frente a la lucha contra el narcotráfico.
