A los 44 años, Philip Rivers vuelve a colocarse el casco y las hombreras para encarar un desafío inesperado en su carrera regresar a los controles de unos Indianapolis Colts golpeados por una cadena de lesiones que cambió por completo su panorama ofensivo.
Según EFE, la organización recurrió al veterano luego de perder a sus tres mariscales de campo por diversos contratiempos físicos, lo que abrió la puerta para que el histórico pasador interrumpiera su retiro y retomara actividad en la NFL.
El movimiento no es menor. Rivers figura entre los semifinalistas que aspiran a entrar al Salón de la Fama en 2026, pero su retorno obliga a reiniciar el reloj de elegibilidad. Será un sacrificio considerable si finalmente se equipa y ocupa un lugar en el roster activo, aunque su trayectoria demuestra que nunca ha sido un jugador que rehúya los retos. Durante 16 temporadas con los Chargers acumuló números que lo sostienen entre los grandes de su generación 63,440 yardas por aire, 421 pases de touchdown y participaciones reiteradas en el Pro Bowl. En 2010 comandó la liga en yardas enviadas y en 2008 lideró los touchdowns por pase, muestras de un brazo preciso que marcó una época en San Diego.
Indianapolis lo llamó en medio de una tormenta deportiva. Daniel Jones quedó fuera por el resto del año tras romperse el tendón de Aquiles; Anthony Richardson continúa detenido por una fractura orbital, y el novato Riley Leonard quien tomó las riendas el pasado fin de semana lidia con un esguince del ligamento cruzado posterior. Con ese panorama, la gerencia no se podía permitir improvisaciones y apostó por una figura de experiencia comprobada. Rivers practicó el lunes, justo el día de su cumpleaños, y dejó buenas sensaciones en el cuerpo técnico, que lo espera este miércoles para continuar las evaluaciones.
La última vez que vistió el uniforme de los Colts fue en 2020, campaña en la que lanzó para 4,169 yardas, 24 anotaciones y 11 intercepciones. Aunque el equipo de Shane Steichen ha cambiado desde entonces, su aporte puede ir más allá de la producción estadística: la organización valora su liderazgo, su capacidad para acelerar la curva de aprendizaje de los jóvenes y su dominio del juego situacional, aspectos claves en la recta final hacia la clasificación.
Si Rivers llega a ser titular, se uniría a un grupo selecto de mariscales longevos en la historia de la NFL, solo por detrás de Tom Brady y Steve DeBerg. Esa posibilidad añade un matiz histórico a un regreso que ya de por sí despierta curiosidad en toda la liga. La gerencia confía en que su presencia, sea dentro del campo o en la sala de reuniones, ayude a sostener el impulso de un equipo que todavía aspira a colarse en los playoffs.
