La intervención de la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, en Bruselas se convirtió en uno de los momentos más observados del encuentro internacional, donde se analizan las nuevas dinámicas del tráfico ilícito de migrantes y los desafíos que enfrentan los Estados para contener redes cada vez más sofisticadas.
Según la Presidencia de la República Dominicana, la funcionaria llegó a la conferencia como la única representante ministerial de América Latina y el Caribe, un hecho que resalta el peso que ha cobrado el país en los debates globales sobre movilidad humana y crimen organizado.
Raful presentó un panorama contundente del comportamiento de las redes dedicadas al tráfico de migrantes, subrayando que el fenómeno ha mutado hacia esquemas empresariales criminales con conexiones transnacionales. La ministra explicó que esta transformación exige respuestas estatales más coordinadas y con mayor capacidad para cortar los flujos financieros que alimentan estas estructuras. Su advertencia resonó en un contexto en el que Europa persiste en reforzar mecanismos de cooperación con países socios ante la presión migratoria.
Los datos ofrecidos por la delegación dominicana dibujan un cambio de ritmo en la persecución penal. Las más de 200 investigaciones iniciadas en 2024, junto con el procesamiento de 275 personas y un acumulado de 228 años de condenas, revelan una estrategia sostenida. El rescate de 137 víctimas y un aumento de 77 % en la cooperación internacional son indicadores que, de acuerdo con especialistas consultados por organismos multilaterales, suelen estar asociados a sistemas de justicia más coordinados.
La ministra recordó que el país mejoró su posición en el Trafficking in Persons Report del Departamento de Estado de los Estados Unidos, lectura que suele tener impacto en la evaluación internacional de políticas migratorias. Este avance se complementa con la reciente incorporación de 865 agentes especializados desplegados en las 31 provincias, un componente que fortalece la respuesta operativa frente a redes de trata y tráfico.
Entre los puntos más comentados estuvo el enfoque “Follow the Money”, línea estratégica que busca ubicar y desarticular los circuitos financieros que sostienen estas actividades ilícitas. Raful detalló cómo la República Dominicana ha venido ampliando su capacidad en trazabilidad de activos, investigaciones financieras y alianzas interinstitucionales. Diversos organismos europeos han insistido en que este tipo de herramientas resulta esencial, dado que las ganancias de estas redes estimadas en más de 10,000 millones de dólares anuales convierten el tráfico de migrantes en uno de los negocios criminales más rentables del mundo.
Al margen de la conferencia, la agenda bilateral incluyó reuniones con Magnus Brunner y Bernard Quintin, dos figuras clave en la definición de políticas de seguridad y migración dentro de la Unión Europea. Estas conversaciones exploraron vías para profundizar la cooperación en controles fronterizos, intercambio de información y desarrollo de investigaciones conjuntas, áreas donde la experiencia europea y la posición geoestratégica dominicana pueden generar sinergias valiosas.
La participación de Raful deja claro que el país busca proyectarse como un actor con responsabilidad regional, apostando por políticas basadas en derechos humanos y mecanismos de gobernanza que trasciendan la respuesta policial tradicional. En un escenario global marcado por desplazamientos cada vez más complejos, la República Dominicana intenta consolidarse como un socio confiable en la lucha contra el tráfico ilícito de migrantes.
