Más de once mil niños, niñas y adolescentes con discapacidad recibieron un apoyo directo del Estado dominicano durante la pasada temporada navideña, una ayuda que llegó justo cuando muchas familias sienten con más fuerza el peso de los gastos y la incertidumbre económica. Detrás de cada bono entregado hubo un hogar que pudo resolver lo básico y vivir las festividades con un poco más de calma.
Según informó la Presidencia de la República, la iniciativa “La Brisita de Navidad”, ejecutada a través de la Dirección de Desarrollo Social Supérate, alcanzó a 11,035 menores con discapacidad pertenecientes a 10,660 hogares en todo el país. El apoyo consistió en un bono de RD$1,500, entregado mediante transferencia electrónica y canjeable en comercios autorizados, un mecanismo que buscó garantizar dignidad, transparencia y cero intermediarios.
El programa formó parte de un esfuerzo más amplio del Gobierno dominicano para proteger a los sectores más vulnerables durante las festividades, una etapa en la que históricamente se refuerzan las políticas de asistencia social. La modalidad digital del bono permitió una distribución más ágil y segura, alineada con la visión del presidente Luis Abinader de fortalecer la equidad en el acceso a los recursos públicos.
Desde Supérate, su directora general, Gloria Reyes, subrayó que incluir a las personas con discapacidad no fue un gesto simbólico, sino una decisión consciente de política pública. La funcionaria destacó que este tipo de acciones buscan llevar alivio real y reforzar un sistema de protección social que no deje a nadie fuera, especialmente a quienes enfrentan mayores barreras en su vida diaria.
En la misma línea, el Consejo Nacional de Discapacidad (Conadis) valoró el impacto del programa en miles de familias. Su presidente, Benny Metz, señaló que iniciativas como esta envían un mensaje claro la inclusión no es un discurso, sino una prioridad que se traduce en apoyo concreto y en mejores condiciones para que las personas con discapacidad y sus familias puedan ejercer sus derechos.
Más allá del monto económico, “La Brisita de Navidad” se consolidó como un alivio oportuno y un recordatorio del rol del Estado en momentos clave del año. Para muchas familias, ese bono representó alimentos en la mesa, tranquilidad en el hogar y la posibilidad de celebrar una Navidad más digna, en coherencia con el compromiso oficial de avanzar hacia una protección social más inclusiva.








