Santo Domingo. La espera terminó Oneil Cruz, el torpedero de 6 pies 7 pulgadas que combina la estampa de un basquetbolista con la explosividad de un cañonero, verá acción este lunes en el Truist Park de Atlanta cuando abra el telón del T-Mobile Home Run Derby 2025. El dominicano es la quinta pieza confirmada del cartel y, de entrada, llega con el cartel de bate más violento de todo el show.
Según los registros de Statcast, Cruz promedia 96.1 mph de velocidad de salida la cifra más alta de la MLB y ya firmó un misil de 122.9 mph el pasado 25 de mayo, el batazo más duro jamás medido desde que la tecnología se instauró en 2015. El toletero de los Piratas no solo pega fuerte; también corre antes del receso del Juego de Estrellas suma 15 jonrones y 28 bases robadas, lo que lo perfila como candidato legítimo a la codiciada campaña 30-30. Para dimensionar su poder, seis de los diez contactos más veloces del año salen de su bate.
La franquicia de Pittsburgh tiene cuentas pendientes en estas lides. Desde Josh Bell en 2019 y antes de él Barry Bonds, Bobby Bonilla, Pedro Álvarez y Andrew McCutchen ningún representante bucanero ha sido capaz de superar la primera ronda del Derby. Cruz, con su mezcla de fuerza bruta y carisma, luce como la mejor apuesta para borrar ese histórico bloqueo.
El cuadro de participantes también promete candela Ronald Acuña Jr., Cal Raleigh, James Wood y Byron Buxton completan, hasta ahora, la alineación un choque generacional donde conviven la velocidad de las muñecas de Acuña, el swing ambidiestro de Raleigh, el colosal físico de Wood y el salto felino de Buxton. La diversidad de estilos augura una velada de swings muy distintos y metros de sobra por encima de las bardas.
Para la fanaticada quisqueyana, la presencia de Cruz se suma a una lista de ilustres compatriotas que han dejado huella en el Derby. David “Big Papi” Ortiz se coronó en 2010, mientras que Vladimir Guerrero Jr. levantó el trofeo en 2023, confirmando que los bates dominicanos suelen robarse el show en estas vitrinas de poder.
Más allá del espectáculo de la noche, la actuación de Cruz puede ser un termómetro de lo que le espera a Pittsburgh en la segunda mitad. El equipo, necesitado de una figura taquillera desde los días de Andrew McCutchen, encuentra en su campocorto una apuesta a largo plazo: juventud, alcance defensivo y un OPS que ronda los .900. Si el dominicano encuentra consistencia en la zona de strike su verdadero talón de Aquiles podría catapultarse no solo al Derby sino también a la conversación por el Jugador Más Valioso.
En lo inmediato, la pregunta es si su swing levantará el trueno cuando el cronómetro del Derby apriete. A diferencia de las prácticas de bateo, aquí cada pelota cuenta y cada segundo importa. Cruz, sin embargo, llega con ventaja su velocidad de salida extrema acorta el tiempo de vuelo y maximiza la distancia, dos armas letales cuando se necesitan seguidillas rápidas de cuadrangulares.
El lunes en la noche, mientras el Truist Park retumbe y las cámaras enfoquen ese inconfundible follow-through, Oneil Cruz tendrá la oportunidad de inscribir su nombre en la historia y, de paso, regalarle a Dominicana otro capítulo dorado en las Grandes Ligas. Si conecta el primero de esos 122.9 mph, agárrate el Derby podría quedar corto para la magnitud de su talento.








