Jannik Sinner salió a la pista de prácticas este jueves con el codo derecho vendado, pero sin rastro de dolor en su rostro. El número uno del mundo aseguró que los antiinflamatorios surtieron efecto y que llegará “fresco como una lechuga” a su duelo de este viernes frente a Novak Djokovic, por un puesto en la final de Wimbledon.
Según la agencia EFE, el italiano ya había utilizado el manguito protector durante su victoria de cuartos ante Ben Shelton y explicó que la molestia “no es nada grave”, aunque devolver los bombazos del estadounidense requirió tomar analgésicos. El día libre le permitió bajar la inflamación y trabajar con su equipo físico para garantizar que el viernes estará “al cien por ciento”.
Una rivalidad que huele a relevo
El choque Sinner-Djokovic se ha convertido en la trama principal de la temporada. El italiano manda 5-4 en el historial directo, sustentado por cuatro triunfos consecutivos, incluido el de Roland Garros hace un mes, mientras que el serbio presume de un 2-0 sobre césped en Wimbledon 2022 y 2023. El césped londinense es el último bastión donde Nole sigue arriba, un detalle que añade morbo al duelo.
La organización confirmó que la semifinal arrancará a las 11:00 a.m. hora del Este (3:00 p.m. de Londres) en la Catedral del tenis. Las casas de apuestas, sin embargo, ven favorito a Sinner: paga –215, mientras que Djokovic se mueve a +175 y el over/under está en 39,5 juegos. Para un campeón de 38 años que no levanta un ‘major’ desde el US Open 2023, ese cartel de “underdog” resulta tan inusual como peligroso.
El factor físico, clave
Sinner insiste en que la protección es “por precaución”, pero cualquier limitación en su codo podría alterar el plan de partido el italiano necesita bloquear el saque-adentro de Djokovic y contraatacar con su revés paralelo, el golpe que lo tumbó en París. El serbio, por su parte, ha sufrido caídas repetidas en las pistas resbaladizas de Wimbledon, otra razón por la que su equipo de fisioterapeutas ha trabajado horas extra esta semana.
Un dato: los nueve duelos entre ambos promedian 40,1 juegos. Si el over se mantiene, la resistencia del codo de Sinner será examinada al máximo. En contraste, los partidos de Djokovic en esta edición han durado 3 h 02 min en promedio, once minutos menos que los de su rival. Ese ahorro energético podría valer oro en los intercambios largos.
Alcaraz-Fritz, el otro gancho del viernes
La jornada se abrirá con el choque entre Carlos Alcaraz y Taylor Fritz, previsto para la 1:30 p.m. local. El español, bicampeón defensor, optó por descansar totalmente este jueves, mientras que Fritz afinó su saque en las pistas auxiliares. Aunque el californiano ha llegado a su primera semi de Grand Slam tras dos partidos a cinco sets, su promedio de aces (18,6 por encuentro) lo convierte en el rival que más saques directos ha conectado en el torneo, un reto que pondrá a prueba la devolución del murciano.
Lo que hay en juego
Un triunfo de Sinner lo dejaría a un partido de convertirse en el primer italiano campeón de Wimbledon; una victoria de Djokovic prolongaría su búsqueda del octavo título londinense y acercaría la discusión sobre si el cambio generacional ya es un hecho o sigue siendo una narrativa apresurada.
Si Alcaraz cumple los pronósticos y se mete en la final, Londres presenciaría un ‘replay’ del clásico Sinner-Alcaraz de la Next Gen, con el serbio convertido en espectador de lujo. Pero si Fritz asalta la Cancha Central, Djokovic tendría frente a él la oportunidad de pegarle un manotazo a la juventud estadounidense, algo que no hace desde la final del US Open 2023.
Sea cual sea el desenlace, la jornada del viernes promete definir más que finalistas: puede sellar, de una vez por todas, el relevo de poder en el circuito masculino.
