El anuncio de que el Grupo Puntacana tomará la batuta del Consorcio Cabo Rojo confirma que la región sur ya no es “la cenicienta” del mapa turístico dominicano, sino el nuevo frente de expansión de una industria que corre a ritmo de récords.
Según el portal especializado arecoa, Simón Suárez vicepresidente de Relaciones Interinstitucionales del holding subrayó que la compañía no “hará magia”, sino que trasladará 55 años de know-how para desarrollar Pedernales con método y sin improvisaciones. Esa declaración llega un mes después de que el Estado adjudicara al consorcio la primera fase del destino, incluyendo hoteles, marinas y oferta residencial.
La apuesta incluye pilares de infraestructura que estaban pendientes desde los años noventa. El nuevo aeropuerto internacional, cuya pista ya muestra señalización definitiva, tiene fecha de apertura para finales de 2025 y una inversión inicial de RD$3,961 millones. Con ello, el sur profundo quedará conectado en menos de 45 minutos de vuelo con Punta Cana y a una hora y media de Miami, rompiendo la barrera histórica del aislamiento vial.
La ventana de oportunidad es clara: la República Dominicana recibió 6.1 millones de visitantes sólo en el primer semestre de 2025 su mejor registro histórico, y el ministerio proyecta finalizar el año por encima de los 12 millones de llegadas. El empuje no depende sólo del “sol y playa” el propio puerto de Cabo Rojo ya debutó este año con más de 20 mil cruceristas, demostrando que la demanda existe y que el reto es abastecerla.
No obstante, trasladar el modelo Punta Cana a Pedernales implica variables nuevas. El ecosistema del Parque Nacional Jaragua exige estándares ambientales más altos que los de la costa Este. Suárez insiste en que cada obra debe pasar auditorías de sostenibilidad y crear empleo local de calidad, evitando repetir el aprendizaje a golpes que vivió Puerto Plata en los ochenta. Asonahores respalda la visión: calcula que Cabo Rojo añadirá más de 10 mil puestos directos y dinamizará sectores tan dispares como artesanías, agropecuaria y energías limpias.
Queda, eso sí, el desafío del “tiempo caribeño” licencias, expropiaciones y redes eléctricas suelen retrasar cronogramas. Pero el grupo que fundó el primer aeropuerto privado del país sabe que la velocidad importa. Si el calendario se cumple, 2026 verá despegar los primeros vuelos comerciales y las habitaciones modelo sobre la playa de Bahía de las Águilas. Entonces Pedernales pasará de ser un sueño de folletos a competir en la liga de los destinos-ancla del Caribe, con el sello de quien ya convirtió un cañaveral remoto en el polo turístico más exitoso de la región.
