El Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) tomó por asalto positivo a Boca Chica este fin de semana al arrancar la distribución de casi 38 000 kits escolares en 56 centros públicos, junto con una jornada de salud integral para la muchachada de la zona.
Durante el acto inaugural, los primeros 863 paquetes mochila, uniformes y útiles completos llegaron a estudiantes de la Escuela Básica Emilio Prud’Homme. El director del INABIE, Víctor Castro, aseguró que en cuestión de días cada plantel del Distrito 10-05 tendrá la utilería para el 100 % de su matrícula que usa el uniforme oficial.
La jornada no se limitó a mochilas. Un centenar de niños recibió chequeos bucodentales, visuales, auditivos y nutricionales; a quienes se les detectó algún problema se les entregaron suplementos, medicamentos o referimientos para lentes la semana entrante. Todo esto ocurrió bajo el paraguas del programa gubernamental “El Gobierno en las Provincias”, que busca acercar servicios básicos a las comunidades.
Esta movilización local forma parte de un operativo nacional más amplio el INABIE proyecta entregar dos millones de kits antes del 25 de agosto, fecha de inicio del año escolar 2025-2026, impactando a más de 720 000 familias en todo el país. A juzgar por la cifra oficial de 2.06 millones de alumnos del sistema público, la institución pretende cubrir prácticamente a cada estudiante estatal.
De acuerdo con el propio programa de Utilería Escolar del INABIE, cada paquete incluye pantalón, camisa, zapatos, medias, utensilios básicos y una mochila equipada con los cuadernos y lápices esenciales para arrancar el curso sin excusas. La apuesta, según los técnicos, es sencilla: eliminar el gasto inicial de las familias y reducir la deserción temprana que suele dispararse cuando los bolsillos aprietan en septiembre.
Más allá del alivio económico, la lectura entre líneas es de eficiencia presupuestaria el Gobierno ha invertido más de RD$4 690 millones en uniformes y textos durante el último ciclo, y el INABIE se aferra a esa inyección para no repetir los retrasos logísticos que tronaron hace dos años en varias regionales. La prueba ácida será la “última milla”: que el kit llegue completo y a tiempo hasta el aula más remota antes de que suene el timbre inaugural.
En Boca Chica, los padres salieron con las manos llenas y la promesa de un seguimiento médico; ahora toca que la cadena de distribución mantenga el ritmo en las demás provincias. Si el cronograma se cumple, el arranque del año lectivo podría marcar un precedente de organización poco habitual en el sistema educativo dominicano. Veremos si la logística mantiene la palabra empeñada cuando el calendario escolar pase de la teoría a la práctica.








