Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endureció este lunes su pulso con el Kremlin al advertir que, si en 50 días no cuaja un alto el fuego en Ucrania, impondrá aranceles “del 100 %” a todo lo que Rusia coloque en el mercado internacional. La advertencia llegó acompañada de un nuevo paquete de misiles y sistemas Patriot que la Casa Blanca venderá a los países de la OTAN para que estos, a su vez, los transfieran a Kiev.
Según EFE, el encontronazo verbal se produjo en el Despacho Oval durante la visita del secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, justo cuando la guerra entra en su cuarto año de desgaste para Moscú y Ucrania.
Trump, con su característico tono desafiante, sostuvo que serán “aranceles secundarios” y que “no hay nada que negociar si Putin no firma la paz”. «Estamos muy descontentos, yo el primero, con Rusia», subrayó el mandatario, dejando claro que la carga financiera recaerá en los socios europeos, no en Washington.
El propio Rutte celebró el cambio de guion Europa abonará la factura y Ucrania recibirá “lo que necesita para defenderse”. El paquete inicial incluye baterías Patriot y munición de artillería de precisión, confirmaron fuentes de la Alianza.
En el Capitolio, figuras como el senador Lindsey Graham presionan para ir más lejos y autorizar gravámenes de hasta 500 % a quienes oxigenen la economía rusa. «Será un mazo para acabar la guerra», argumentó Graham en la cadena CBS.
Sobre el terreno, la artillería rusa no ha dado tregua solo la semana pasada, un aluvión de drones Shahed y misiles causó al menos dos muertos y 22 heridos en Kiev, elevando el balance de civiles fallecidos a más de 13 500 desde febrero de 2022, según registros de la ONU y reportes de la agencia AP.
Analistas en Moscú consultados por NPR ven en la amenaza arancelaria un intento de “apretar la tuerca” en un momento de creciente vulnerabilidad económica para Rusia, cuya exportación de hidrocarburos ya sufre descuentos récord; no obstante, advierten que el Kremlin podría redoblar los bombardeos para ganar “terreno negociador” antes de que venza el ultimátum.
Fuera de Estados Unidos, la reacción europea es ambivalente el plan satisface a los halcones del Este que exigen más músculo frente a Moscú, pero preocupa a países como Alemania o Italia, que temen represalias energéticas y piden blindar el suministro de gas antes de dar el paso. En Bruselas, el comisario de Comercio recordó que la Organización Mundial de Comercio podría abrir un panel si Washington aplica aranceles unilaterales, aunque admitió que “la prioridad sigue siendo frenar la carnicería en Ucrania”.
Con este doble golpe tarifas punitivas y rearmamento financiado por la OTAN Trump busca forzar a Putin a la mesa de negociación sin tocar un centavo de las arcas estadounidenses. La cuenta atrás ya empezó; la pregunta es si 50 días serán suficientes para romper el estancamiento o si, como temen algunos diplomáticos, servirán para avivar aún más el fuego en el corazón de Europa.
