Crisis de agua en Cuba un millón de personas sin servicio estable

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Cerca de un millón de cubanos alrededor del 10 % de la población vive con el grifo seco gran parte del día, un problema que combina apagones interminables, bombas averiadas y una sequía que se agudiza con cada mes que pasa.

Según la agencia EFE, el propio presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez, admitió ante la Asamblea Nacional que 300 000 de esos afectados se deben a la rotura de equipos, mientras el resto sufre los cortes eléctricos que paralizan el bombeo.

Apagones de hasta 20 horas la raíz del caos

La isla entera está atrapada en un bucle de apagones que en provincias como Santiago de Cuba y Holguín superan las 20 horas diarias, obligando a “proteger” circuitos de agua a costa de dejar sin luz a otros barrios. Cuando la electricidad vuelve, las tuberías tardan tres o cuatro horas en presurizarse y el ciclo de escasez vuelve a empezar.

La lluvia que no llega

Para colmo, el periodo lluvioso arrancó con apenas un 41 % de su media histórica y zonas del oriente Ciego de Ávila, Granma, Santiago registran los abril y mayo más secos desde 2008. El INRH reconoce que la falta de agua afecta ya a La Habana, Pinar del Río, Artemisa, Villa Clara y Cienfuegos, presionando a los gobiernos locales que dependen de camiones cisterna cada vez más caros de operar.

Inversiones que no se sienten en el barrio

El plan gubernamental presume de 206 obras y la compra de 1 390 bombas nuevas, pero en la calle el efecto es limitado. Organizaciones como Havana Times recuerdan que la cifra de un millón de afectados se mantiene prácticamente intacta desde 2024, pese a los anuncios oficiales.

El termómetro social protestas y descontento

La escasez ya desató pequeñas protestas en barriadas de La Habana y Santiago, con vecinos que bloquean calles exigiendo agua potable. Plataformas alternativas como CiberCuba reportan cacerolazos nocturnos y denuncias en redes de que las rutas de cisternas priorizan hoteles y zonas turísticas.

¿Qué viene ahora?

Expertos consultados por este diario apuntan que, sin un rescate urgente del sistema eléctrico, cualquier inversión en red hidráulica será “echar agua en canasta rota”. Mientras tanto, los cubanos gestionan su día a día entre tanques improvisados, garrafones a 50 pesos y la esperanza cada vez más flaca de que llueva lo suficiente para aliviar la sed del verano.

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