El alcalde de Nueva York, Eric Adams, se anotó un balón de oxígeno político al conseguir el aval público de 14 sindicatos de seguridad desde capitanes hasta agentes de saneamiento justo cuando su campaña de reelección navega un mar de pleitos por presunta corrupción en la policía. El anuncio se hizo en las escalinatas de la Alcaldía, rodeado de uniformados que coreaban “¡cuatro años más!”
Quiénes le levantan la mano
Entre los firmantes destacan las asociaciones de detectives, sargentos, tenientes y capitanes del NYPD, así como los gremios de tránsito, correccionales y limpieza urbana. La coalición bautizada “NYC Uniformed Forces Coalition 2025” subraya que el edil “cumplió con los contratos y bajó los tiros”, según explicó Lou Turco, líder de los tenientes.
El gran ausente fue la Police Benevolent Association (PBA), sindicato que agrupa a más de 24 000 patrulleros y que todavía evalúa a quién respaldar en noviembre. Esa cautela mantiene la puja sindical abierta y recuerda a Adams que no todo el cuartel está alineado.
La nube judicial que no se disipa
Mientras los aplausos retumbaban, el excomisionado interino Tom Donlon lanzaba su propio golpe: una demanda federal de 251 páginas que pinta al NYPD como “una empresa criminal” dirigida por el alcalde. El escrito alega ascensos vendidos, firmas falsificadas y represalias contra denunciantes, pidiendo incluso supervisión federal del cuerpo. Donlon es el quinto exalto cargo que litiga contra la administración en apenas dos semanas.
¿De verdad bajó el crimen?
Adams se escuda en las cifras Nueva York cerró el primer semestre de 2025 con el menor número de tiroteos y homicidios desde que existen registros, y los asesinatos cayeron 23 % interanual, según CompStat. En Staten Island, por ejemplo, hubo apenas tres víctimas de bala en seis meses, un mínimo histórico.
No obstante, las estadísticas esconden matices. Un análisis de Politico advierte que, aunque los delitos violentos han bajado, la criminalidad total creció de forma sostenida durante la gestión Adams, alimentando las críticas de que selecciona los datos que más le favorecen.
Un tablero electoral reñido
Tras perder la primaria demócrata ante el socialista Zohran Mamdani, Adams compite ahora como independiente frente a Mamdani, el exgobernador Andrew Cuomo y el republicano Curtis Sliwa. Los sindicatos ven en él el “mal menor” frente a propuestas como recortes policiales o supermercados estatales que impulsa Mamdani, y a las reformas penitenciarias de Cuomo.
Sin embargo, las demandas podrían erosionar ese respaldo si prosperan nuevas revelaciones o si la opinática pública se harta de los escándalos. La PBA, que sigue negociando su contrato colectivo, podría decantar la balanza más adelante.
Lo que viene
Adams apuesta a que la percepción de seguridad pese más que las acusaciones en tribunales. Pero los casos de corrupción podrían convertirse en el “talón de Aquiles” que sus rivales necesitan para romper la narrativa de éxito. La próxima parada los debates públicos de otoño, donde las estadísticas y las querellas serán munición diaria.
En definitiva, el alcalde se encuentra en la cuerda floja con un manojo de sindicatos que lo aúpan y un coro de demandas que lo cercan. La pregunta es cuál de las dos fuerzas pesará más en las urnas.