Trump augura salida al conflicto ucraniano en una o dos semanas

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Donald Trump volvió a sacudir el tablero diplomático al asegurar que “en cuestión de días” quedará claro si la guerra en Ucrania se encamina a la paz o a “una lucha horrible” que, según sus palabras, nadie desea prolongar.

Según EFE, el expresidente norteamericano hizo la afirmación este lunes durante un encuentro privado con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, quien llegó a Washington tras la inédita cumbre de Alaska entre Trump y Vladímir Putin celebrada el viernes.

Trump subrayó que la decisión “solo pueden tomarla Zelenski y el pueblo ucraniano”, aunque insistió en que percibe “espacio suficiente” para que Kiev y Moscú pacten un alto el fuego. De su parte, Zelenski evitó comprometer fechas, pero admitió que la cita en Alaska abrió “una ventana de oportunidad que no debemos desaprovechar”.

El inusual escenario de Anchorage sirvió para el primer cara a cara entre Putin y Trump desde 2019. Ambos líderes calificaron el diálogo de “constructivo y respetuoso”, un tono que contrasta con los continuos choques verbales de sus cancillerías. Voceros del Kremlin confirmaron que se discutió un esquema de garantías de seguridad mutuas, aunque sin detallar plazos.

En Washington, la reunión continuó con un minicuórum transatlántico: Emmanuel Macron, Friedrich Merz, Keir Starmer, Giorgia Meloni, Alexander Stubb, la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se sentaron a la mesa. Fuentes diplomáticas explican que la presencia de ese abanico europeo busca blindar cualquier compromiso ante eventuales cambios políticos dentro de EE.UU. o Rusia.

Las urgencias humanitarias dan fondo a la prisa el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos estima en más de 92 000 las víctimas civiles desde 2022, mientras que el Banco Mundial calcula daños a infraestructura por encima de los 500 000 millones de dólares. En paralelo, SIPRI reporta que el gasto militar ucraniano superó el 37 % de su PIB el último año, una carga que ahoga la reconstrucción.

Expertos de la RAND Corporation ven en la actual coyuntura “el momento clásico de fatiga de guerra”: ambos ejércitos muestran desgaste y, al mismo tiempo, necesitan reordenar sus finanzas. Eso explica que Washington impulse con el beneplácito tácito de Bruselas una salida política antes de que el conflicto se rebalse hacia otros frentes, como ha ocurrido con los continuos ciberataques a la infraestructura energética de Polonia y Eslovaquia.

Queda por resolver el estatus de los territorios ocupados en el Donbás y la seguridad a largo plazo para la región del mar Negro. Fuentes cercanas a la negociación sugieren retomar el borrador de Estambul (2022) como “punto de partida”, añadiendo un mecanismo de verificación tripartito OTAN, ONU y la OSCE, algo que Moscú nunca aceptó de forma expresa.

Aún con los reflectores encima y el calendario jugando en contra, se percibe cierta sintonía sobre la necesidad de congelar líneas de frente para frenar el desangre social y económico. Si las palabras de Trump se convierten en hechos, las próximas dos semanas pondrán a prueba no solo la habilidad diplomática de Kiev y Moscú, sino también la credibilidad de Occidente para sostener un eventual plan de paz.

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