Un solo destello de 21,25 quilates desató la alarma en Dubái. La Policía local frustró el intento de contrabando de un diamante rosa “Fancy Intense” valorado en 25 millones de dólares, pieza que una banda internacional pretendía esconder en una nevera portátil y enviar rumbo a Asia.
Según la agencia EFE, la operación “Diamante Rosa” culminó con la detención de tres sospechosos de origen asiático y la recuperación íntegra de la gema tras un engaño que incluyó autos de lujo y reuniones en hoteles cinco estrellas para ganarse la confianza del joyero propietario.
El éxito se apoyó en la red de cámaras con reconocimiento facial, drones de patrullaje y vehículos autónomos que la Policía de Dubái ha incorporado a su estrategia de vigilancia predictiva, lo que ha reducido su tiempo de respuesta a emergencias a apenas dos minutos y 24 segundos, de acuerdo con datos oficiales.
No es casual que los ladrones apostaran por una piedra rosada: solo el 0,01 % de los diamantes alcanzan ese tono “Fancy Intense”. Para medir cuánto vale ese color basta recordar que el Williamson Pink Star, de 11,15 quilates, se remató en 2022 por más de 57 millones de dólares, récord por quilate.
Desde que la mina Argyle, en Australia, cerró en noviembre de 2020 fuente histórica del 90 % del suministro mundial de diamantes rosados el mercado se ha vuelto prácticamente secundario, impulsando subidas de precio de doble dígito cada año, según analistas del sector.
El golpe llega en un momento en que Dubái exhibe músculo: el Dubai Diamond Exchange movió 129 millones de quilates solo en el primer semestre de 2024, un salto interanual de 12 %, tras registrar 37,4 mil millones de dólares en transacciones en 2022.
Aun así, la respuesta fue mucho más rápida que la famosa sustracción de Amberes en 2003, cuando desaparecieron joyas por valor de 100 millones de dólares y gran parte de ellas jamás regresó a las vitrinas.
El caso refuerza la promesa y la presión de un mercado donde la tecnología policial intenta ir un paso delante de las bandas internacionales, mientras la creciente escasez de diamantes rosados los convierte en objetivos cada vez más tentadores.








