El Gobierno de Colombia, en su calidad de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), llamó a una reunión extraordinaria de cancilleres para este lunes con el objetivo de discutir el reciente despliegue naval de Estados Unidos en aguas del Caribe, frente a Venezuela. La cita se realizará en formato virtual y busca evaluar las posibles repercusiones para la estabilidad regional.
Según informó la agencia EFE, la Cancillería colombiana explicó que la intención de esta convocatoria es “reforzar los canales de diálogo y cooperación”, subrayando que la región ha sido declarada como “zona de paz” y que cualquier acción militar en el Caribe genera preocupaciones legítimas entre los países miembros.
La operación norteamericana, respaldada por varios gobiernos latinoamericanos según la Casa Blanca, incluye destructores, un crucero lanzamisiles y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear. Washington ha defendido el despliegue como parte de su estrategia antidrogas, aunque en Caracas se interpreta como una acción de presión política y un intento de “cambio de régimen”.
La reacción venezolana no se hizo esperar. El presidente Nicolás Maduro y altos funcionarios de su gobierno denunciaron lo que califican como “acciones hostiles” que violan tratados internacionales, en particular el de Tlatelolco de 1967, que consagró a América Latina y el Caribe como zonas libres de armas nucleares. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, afirmaron que Estados Unidos busca “apoderarse del mar Caribe” bajo el pretexto del combate al narcotráfico.
Frente a esta situación, Venezuela reforzó su presencia militar en la frontera con Colombia y activó jornadas de alistamiento de milicianos dentro de su denominado Plan Nacional de Soberanía y Paz.
La CELAC, integrada por 33 países, se fundó en 2010 como un espacio intergubernamental de concertación política sin la participación de Estados Unidos ni Canadá. Aunque en ocasiones su influencia práctica ha sido limitada, su convocatoria actual refleja la intención de varios gobiernos de evitar una escalada que ponga en riesgo la seguridad regional.
La reunión ministerial de este lunes se perfila como un termómetro del nivel de cohesión regional en torno a la defensa de la paz y la autonomía frente a presiones externas. Los resultados podrían marcar la pauta de la postura latinoamericana en un momento de alta tensión entre Washington y Caracas.