El arranque de la selección española en la ruta hacia el Mundial de 2026 se produce en Sofía, un territorio inédito para la Roja, donde enfrentará a Bulgaria en un estadio Vasil Levski que se espera lleno. España llega como clara favorita en un grupo que completan Turquía y Georgia, con la ventaja añadida de contar con una repesca asegurada tras ganar su grupo en la Liga de Naciones.
Según la agencia EFE, España mantiene una racha imponente: doce fases de clasificación mundialistas superadas de manera consecutiva desde 1974, 24 partidos oficiales sin perder con Luis de la Fuente al mando, además de dos títulos y un subcampeonato en apenas dos años. La ambición del grupo es clara “añadir una estrella al escudo”, como aseguró el portero Unai Simón en la víspera.
El duelo en Sofía estará marcado por el regreso de dos referentes: Dani Carvajal y Rodri Hernández, a quienes el técnico considera pilares tanto dentro como fuera del campo. Aunque aún no alcanzan su máximo ritmo tras superar graves lesiones de rodilla, tienen opciones de iniciar como titulares. En contraste, las bajas de Fabián Ruiz, Álex Baena y Gavi abren espacio para Mikel Merino, en un mediocampo que gira al compás de Pedri.
El ataque español promete dinamismo con Lamine Yamal y Nico Williams, los extremos que han revolucionado el juego del equipo. Junto a ellos, Mikel Oyarzabal se perfila como punta por delante de Álvaro Morata. En el banquillo, la expectativa está en los posibles estrenos de Jorge de Frutos y Jesús Rodríguez, parte de una plantilla que combina experiencia y renovación.
Bulgaria, por su parte, vive una realidad distinta. Alejada de los tiempos de gloria con Stoichkov y las semifinales de Estados Unidos 94, no participa en una fase final desde la Eurocopa 2004. Con Ilian Iliev al frente, la selección balcánica apuesta por la valentía y la presión de su afición como recursos principales, pese a sus recientes tropiezos apenas un triunfo en siete partidos y una goleada sufrida ante Grecia (4-0). Sus referentes actuales son el delantero Kiril Despodov, del PAOK, y el centrocampista Georgi Milanov, del Dinamo Bucarest.
El historial favorece abrumadoramente a España, con 23 goles marcados en cinco enfrentamientos y cuatro victorias. Más de dos décadas después, ambas selecciones vuelven a cruzarse, pero con papeles bien definidos: España, como candidata firme al título, y Bulgaria, aferrada a la ilusión de dar la sorpresa.