El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a situarse en el centro del debate internacional al asegurar que, si la OTAN siguiera sus directrices, el conflicto en Ucrania “terminaría rápidamente”.
Según recogió la agencia EFE, Trump difundió en sus redes sociales una carta dirigida a los países de la alianza atlántica y al mundo, en la que planteó condicionar las sanciones contra Rusia a una acción conjunta. El mandatario advirtió que mientras no exista un compromiso firme de todos los aliados, incluyendo el cese en la compra de petróleo ruso, cualquier esfuerzo sería insuficiente.
Trump insistió en que la guerra no habría comenzado bajo su mandato y la calificó como un conflicto “de Joe Biden y Vladímir Zelenski”. Con tono desafiante, subrayó que su intención es “detenerla y salvar miles de vidas rusas y ucranianas”.
Desde Moscú, el Kremlin reaccionó con cautela. El portavoz Dmitri Peskov recordó que el propio Trump, al inicio de sus intentos de mediación, reconoció que no era tan sencillo resolver una confrontación de esta magnitud. La percepción rusa es que las conversaciones con Kiev permanecen en pausa y sin avances concretos.
Mientras tanto, la administración estadounidense ha mantenido una línea de presión económica, aunque con límites. El secretario de Estado, Marco Rubio, reconoció recientemente que las sanciones existentes ya han impactado de manera significativa a la economía rusa, pero no han modificado el rumbo de la guerra. Washington, además, ha dejado claro que los aliados europeos que reclaman mayores medidas deben dar el paso por sí mismos o abstenerse de exigir más dureza.
El posicionamiento de Trump reaviva el debate sobre la estrategia occidental hacia Rusia y plantea interrogantes sobre cómo evolucionará el conflicto bajo su liderazgo en la Casa Blanca.