Las negociaciones comerciales entre India y Estados Unidos se reactivaron este martes en Nueva Delhi, luego de semanas de tensión por la imposición de aranceles punitivos de Washington. La mesa de diálogo estuvo encabezada por Brendan Lynch, representante comercial adjunto estadounidense para el Sur y Centro de Asia, y Rajesh Agrawal, negociador jefe de la India.
Según la agencia EFE, esta sexta ronda de conversaciones debía celebrarse a finales de agosto, pero fue pospuesta tras la decisión del gobierno de Donald Trump de aplicar un arancel del 50 % a varios productos indios, en respuesta a la compra de petróleo ruso por parte de Nueva Delhi.
El ministro de Comercio indio, Piyush Goyal, adelantó la semana pasada que ambas partes buscan sellar un primer tramo del acuerdo antes de noviembre. Esta meta refleja el interés de los dos gobiernos en estabilizar una relación marcada por tensiones recientes, pero también por un alto nivel de interdependencia económica.
De hecho, el propio primer ministro Narendra Modi y Trump ratificaron días atrás que India y Estados Unidos se consideran “amigos cercanos y socios naturales” en el ámbito comercial, lo que sugiere que la voluntad política existe para evitar una escalada de fricciones.
Mientras tanto, India ha movido sus fichas en el tablero global. Como parte de una estrategia de diversificación, el país asiático ha estrechado contactos con Rusia, China, Japón, la Unión Europea y Catar, en un intento de reducir la vulnerabilidad frente a decisiones unilaterales de Washington.
El peso de Estados Unidos en la economía india es innegable: se trata de su mayor socio comercial, con un intercambio bilateral que superó los 131,000 millones de dólares en el último ejercicio fiscal (abril 2024 – marzo 2025). El saldo es favorable a Nueva Delhi, que mantiene un superávit de más de 41,000 millones de dólares, un dato que explica en parte las tensiones pero también la importancia de encontrar un terreno común.
En este contexto, la sexta ronda de negociaciones no solo representa un paso diplomático, sino un pulso por definir el equilibrio de una relación comercial estratégica para ambas potencias.