Donald Trump y la primera dama Melania rindieron homenaje este miércoles a la reina Isabel II depositando una corona de flores en su tumba, ubicada en la Capilla de San Jorge del castillo de Windsor. El gesto formó parte de la segunda visita de Estado del expresidente de Estados Unidos al Reino Unido, marcada por actos de protocolo y simbolismo histórico.
Según informó la agencia EFE, antes de la ceremonia privada, los reyes Carlos III y Camila mostraron a la pareja presidencial una selección de piezas de la Colección Real relacionadas con la historia estadounidense. Entre ellas figuraban mapas y documentos de la guerra de Independencia, que despertaron la admiración de Trump, quien no dudó en exclamar: “¡Guau! Esto es increíble”.
En el tradicional intercambio de obsequios, Trump entregó al monarca británico una réplica de la espada utilizada por Dwight Eisenhower durante la Segunda Guerra Mundial. A su vez, Carlos III obsequió al exmandatario con un volumen de cuero conmemorativo del 250 aniversario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, además de la bandera británica que ondeó en Buckingham el día de su investidura. La primera dama recibió un cuenco de plata y un bolso personalizado de la diseñadora Anya Hindmarch, mientras que la reina Camila fue distinguida con un broche floral de Tiffany & Co.
El homenaje en la capilla estuvo acompañado por un coro que interpretó un movimiento del Gloria de Vivaldi. Tras el acto solemne, los Trump regresaron al castillo de Windsor, a unos 40 kilómetros de Londres, donde continuaron con la agenda oficial.
La jornada incluyó también el desfile militar Beating Retreat, tradición que se remonta al siglo XVII, con la participación de bandas de las Fuerzas Armadas británicas. El día concluyó con un banquete de Estado en el majestuoso St George’s Hall, donde los anfitriones ofrecieron una cena de gala con discursos de ambas delegaciones, reforzando los lazos históricos entre Londres y Washington.