Tras un periodo de cierta preocupación entre los inversores sobre su capacidad para liderar la era de la IA, Amazon ha protagonizado un repunte notable gracias al desempeño de su unidad de nube, Amazon Web Services (AWS).
El tercer trimestre mostró un crecimiento del 20 % en los ingresos de AWS, hasta 33 mil millones de dólares, lo que la convierte en la más grande entre las plataformas de nube más famosas y deja atrás los temores de que estuviera quedándose rezagada frente a Microsoft Azure o Google Cloud. Además, Amazon proyectó unas cifras para el próximo trimestre (Q4) que superan las estimaciones del mercado y anunció un aumento importante en su gasto de capital (capex) para 2025, lo que refleja su apuesta por infraestructura ligada a IA.
El resultado fue que sus acciones subieron cerca del 11–12 % en las primeras horas de mercado, sumando casi 300 mil millones de dólares en capitalización bursátil. Este movimiento devolvió confianza a los inversores al ver que los gigantes tecnológicos pueden aún recuperar momentum en IA y nube.
Esto también marca un cambio de narrativa: Amazon ya no es simplemente el minorista que invierte en nube, sino un competidor creíble en la carrera de IA + infraestructura.








