La popularidad de Claudia Sheinbaum continúa en terreno alto, aunque con un ligero desgaste que empieza a notarse en varios frentes de su administración. La nueva presidenta mantiene un respaldo mayoritario, pero las cifras revelan matices que ayudan a entender el ánimo social en un momento en que la ciudadanía sigue de cerca cada movimiento del Gobierno.
Según reportó EFE, el sondeo más reciente muestra que siete de cada diez mexicanos avalan la labor de la mandataria, mientras un 30 % expresa desacuerdo. El estudio permite observar cómo la aprobación, aunque robusta, ha ido cediendo espacio respecto a los primeros meses de su gestión.
El descenso es visible cuando se comparan los datos con trimestres anteriores: de aquel pico de 85 % registrado en febrero ahora se aprecia una curva más moderada. Ese comportamiento suele aparecer en los primeros meses de cualquier administración, un patrón que expertos en opinión pública han señalado también en otros países de la región. La ciudadanía parece estar calibrando expectativas frente a resultados que aún están en proceso de maduración.
Hay un punto que llamó poderosamente la atención del estudio: la seguridad personal de la presidenta. Tras el incidente en el Centro Histórico, donde un hombre la tocó sin su consentimiento, el 59 % considera adecuado el dispositivo que la protege. Ese dato refleja no solo preocupación por la integridad de la mandataria, sino también sensibilidad frente al clima de seguridad que vive el país.
En materia económica, el panorama luce más favorable para Sheinbaum: un 54 % de los encuestados afirma que la gestión va por buen camino. Este indicador coincide con análisis recientes del Banco de México y de organismos internacionales que hablan de una economía con estabilidad moderada y perspectivas de crecimiento sostenido para el próximo año.
Sin embargo, hay áreas donde la percepción ciudadana es mucho más severa. La corrupción continúa siendo un talón de Aquiles 80 % juzga negativamente los avances del Gobierno en este rubro. El combate al crimen organizado recibe una valoración aún más dura, con 82 % expresando desconfianza en los resultados. Y en seguridad pública, el 56 % cree que las acciones han sido insuficientes.
Uno de los giros más marcados aparece en los programas sociales. Tradicionalmente, este ha sido el pilar más fuerte de apoyo para la administración, pero el mes cerró con una caída significativa: la valoración positiva pasó de 81 a 69 %, mientras que las opiniones desfavorables alcanzaron su punto más alto. Esa variación podría estar vinculada a reajustes presupuestarios o a percepciones sobre la continuidad de los beneficios, un fenómeno que suele presentarse cuando cambian prioridades dentro del mismo gobierno.
La encuesta, realizada entre el 13 y el 24 de noviembre con un nivel de confianza del 95 % y un margen de error del 3,1 %, dibuja un escenario en movimiento. El respaldo a Sheinbaum sigue firme, aunque el país comienza a exigir resultados más tangibles en áreas sensibles. La mandataria encara así un desafío familiar para cualquier presidente en sus primeros meses sostener la cohesión de un amplio apoyo mientras enfrenta los temas más complejos de la agenda nacional.
