Alejandro Quintero volvió al centro del debate tras su actuación en el duelo entre Real Madrid y Celta, un partido cargado de tensión por las dos expulsiones mostradas al conjunto blanco. Sin embargo, dentro del estamento arbitral la lectura del encuentro apunta en otra dirección, una donde se valora la serenidad del colegiado en medio del ruido que suele envolver este tipo de citas.
Según EFE, el presidente del Comité Técnico de Árbitros, Fran Soto, expresó su plena conformidad con el desempeño de Quintero y remarcó que la aplicación estricta del reglamento es el eje sobre el cual trabajan los árbitros en la élite española. Desde su óptica, cualquier revisión adicional corresponde a la Comisión Técnica, que es el órgano encargado de evaluar cada jugada con detenimiento.
La conversación sobre el arbitraje se encendió aún más por las protestas de algunos jugadores madridistas, recogidas en el acta tras el pitazo final. Soto evitó entrar en detalles sobre esas expresiones, prefiriendo mantener el foco en la labor del colegiado. Explicó que el protocolo de designaciones continúa sin restricciones, por lo que Quintero podría dirigir nuevamente al Real Madrid más adelante en la temporada si así lo establece el calendario.
En el entorno del arbitraje español, este respaldo no pasa desapercibido. La intención del CTA de blindar a sus colegiados ante presiones externas busca reducir la crispación que rodea a los partidos de alto perfil. En los últimos años, los informes anuales de organismos internacionales como UEFA han insistido en que el respeto hacia los árbitros es un elemento indispensable para sostener la integridad competitiva, un mensaje que coincide con la postura mostrada por Soto en esta ocasión.
El dirigente resaltó que cada acción registrada en el acta seguirá su curso habitual dentro de los comités de competencia, quienes decidirán posibles sanciones o cierres disciplinarios. Bajo esa metodología, el arbitraje español se aferra a una estructura que procura equilibrio entre la autoridad en el campo y los mecanismos de revisión posteriores.
En un clima donde cada decisión arbitral se escruta al milímetro, la firmeza del CTA marca una línea clara sostener la independencia de los jueces de campo y recordar que la normativa es el marco que guía cada intervención, aun cuando el contexto sea tan exigente como un partido del Real Madrid.








