A pesar de los esfuerzos internacionales por alcanzar un alto el fuego, al menos 19 palestinos perdieron la vida este domingo en nuevos ataques israelíes sobre la Franja de Gaza, según el balance del Ministerio de Sanidad local. Las víctimas se suman a una cifra devastadora que continúa creciendo mientras la población enfrenta un escenario de crisis humanitaria sin precedentes.
Según la agencia EFE, entre los fallecidos figuran dos civiles gazatíes que fueron abatidos por disparos del Ejército israelí en zonas destinadas a la distribución de ayuda humanitaria. El organismo sanitario advirtió además que numerosos cuerpos permanecen bajo los escombros, ya que los equipos de emergencia no han podido acceder a todos los puntos afectados por los bombardeos.
Durante la madrugada del domingo, se registró por primera vez desde marzo una pausa sin muertes, aunque los ataques aéreos no se detuvieron. Las fuerzas israelíes continuaron golpeando infraestructuras y edificios, una acción que mantiene en vilo a la población civil mientras los hospitales operan al borde del colapso.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, el 7 de octubre de 2023, las autoridades locales reportan más de 67.000 muertos palestinos, entre ellos más de 20.000 niños. De ese total, más de 2.600 personas fueron asesinadas mientras esperaban alimentos cerca de centros de ayuda humanitaria, un dato que refleja la magnitud del sufrimiento en la región.
En paralelo, delegaciones de Hamás e Israel se preparan para reunirse en Egipto con el objetivo de discutir una nueva propuesta de alto el fuego impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump. El plan, compuesto por 20 puntos, plantea un cese inmediato de las hostilidades, la liberación de rehenes y la formación de un gobierno de transición en Gaza, bajo supervisión de Washington y del ex primer ministro británico Tony Blair.
Sin embargo, las expectativas son moderadas. Expertos regionales señalan que, aunque el plan busca frenar el derramamiento de sangre, la falta de confianza mutua y los intereses cruzados de las partes podrían complicar cualquier acuerdo duradero. Mientras tanto, la población gazatí continúa atrapada entre la desesperación y la esperanza de que esta vez la paz no sea solo una promesa diplomática.
