Bad Bunny acerca su música a la comunidad sorda en Puerto Rico

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El reguetón de Bad Bunny llegó más allá de lo que muchos creían posible. En su residencia “No me quiero ir de aquí”, celebrada en el Coliseo de Puerto Rico, personas sordas pudieron disfrutar cada una de sus canciones gracias a intérpretes de lengua de señas que acompañaron la experiencia. Para la comunidad, fue un triunfo de años de lucha por la inclusión.

Según reseña EFE, asistentes como Zoé Marie Rodríguez describieron la vivencia como “maravillosa”, al poder seguir no solo las letras sino también la energía que transmitían los intérpretes. Rodríguez, nacida en Toa Baja y formada en psicología e interpretación de señas, explicó que la comunidad sorda percibe la música a través de las vibraciones y logra enlazarla con la interpretación en señas.

En Puerto Rico, cerca de 200,000 personas viven con algún grado de sordera, según la Defensoría de Personas con Impedimento. Para muchas de ellas, el acceso a espectáculos musicales es limitado sin la presencia de intérpretes. Rodríguez enfatizó que contar con estos profesionales en todos los conciertos es vital para no “desconectarse” del mensaje de las canciones.

El Coliseo José Miguel Agrelot se convirtió este año en pionero en Latinoamérica al garantizar intérpretes de lengua de señas en todos sus eventos. Este esfuerzo se suma a una tendencia internacional, donde artistas como Rozalén en España o el puertorriqueño PJ Sin Suela también han abierto espacio a la inclusión en sus presentaciones.

Uno de los intérpretes más reconocidos, José de Jesús Rosado, detalló que el trabajo va más allá de traducir palabra por palabra: se trata de transmitir la intención del artista y adaptar las metáforas al lenguaje de la comunidad sorda. Su estilo se hizo viral en redes sociales, mostrando cómo la interpretación puede convertirse en un puente cultural.

Para los protagonistas de esta experiencia, la música no solo se escucha, también se siente. La vibración de los bajos, las manos en movimiento y la energía del público crean una vivencia única que rompe barreras. Sin embargo, la comunidad insiste en que la inclusión debe extenderse más allá de los escenarios: a la educación, la salud y todos los espacios donde el acceso pleno aún es una deuda pendiente.

Penelope Herrera
Penelope Herrera
Periodista digital con más de 4 años de experiencia en medios de comunicación. Secretaria Ejecutiva en empresa de desarrollo web y publicidad digital.

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