La economía criolla seguirá pisando fuerte el próximo año. El Banco Mundial proyecta que el producto interno bruto (PIB) de la República Dominicana avanzará un 4 % en 2025, de la mano de un consumo interno vigoroso y de una inversión privada que no afloja, incluso en un entorno global de tasas altas y poca alegría comercial.
El organismo multilateral valora los esfuerzos del Gobierno para apuntalar sectores estratégicos como energía, agua y trabajo, y reconoce que se están rompiendo viejos cuellos de botella que limitaban la competitividad del país. Sin embargo, advierte que “el juego grande” está en elevar rápidamente la productividad y garantizar que el bienestar llegue a los barrios menos favorecidos.
La advertencia no es menor mientras el promedio regional apenas rondaría 2,1 % el próximo año, de acuerdo con el más reciente Economic Outlook para América Latina y el Caribe del propio Banco Mundial, la República Dominicana encabeza el pelotón de los que pueden crecer al doble del ritmo regional. Para sostener esa ventaja, el organismo insiste en blindar el capital humano, afinar el gasto público y poner lupa a la deuda.
Energía: el talón de Aquiles que quiere dejar de serlo
Uno de los frentes más críticos es el eléctrico. El Gobierno ha prometido reducir las pérdidas de las empresas distribuidoras y destinar US$ 450 millones a modernizar la red de transmisión, una inversión anunciada hace seis meses por el Ministerio de Energía y Minas La meta se articula con el compromiso público de que, para 2025, al menos 25 % de la generación provenga de fuentes renovables. Si se cumple, el país no solo abarataría la factura energética, sino que aliviaría la presión fiscal que suponen los subsidios al sector.
Capital que entra y capital que falta
La inversión extranjera directa (IED) también pinta de verde el tablero: estudios del Banco Mundial indican que la IED ha sido el componente de crecimiento más dinámico desde la década de los noventa, sumando alrededor de un tercio del PIB en determinados años. No obstante, dichos flujos se concentran en turismo y zonas francas. Economistas consultados señalan que diversificar hacia logística, agroindustria de valor agregado y servicios fintech permitiría repartir mejor los beneficios y reducir la dependencia de incentivos fiscales.
Clima y resiliencia la otra mitad del cuento
La temporada ciclónica de 2024 dejó claro que el cambio climático no da tregua. Iniciativas respaldadas por el Banco Mundial, como la estrategia de protección social resiliente presentada el año pasado, buscan blindar a los hogares más pobres frente a desastres naturales. El desafío es que estos programas pasen de piloto a política de Estado y se sincronicen con el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático que se evalúa hasta mayo de 2025.
Mirada al 2025
Mantener el paso de 4 % no será cuestión de inercia. La misión, según economistas locales, implica consolidar la reforma educativa para cerrar la brecha de habilidades, agilizar los permisos que frenan la innovación empresarial y elevar la transparencia en la contratación pública. Si esas piezas encajan, la República Dominicana podría no solo crecer más rápido que sus vecinos, sino asegurarse de que el crecimiento se sienta “del Cabo hasta Dajabón”como dicen en el campo.